Paisajes industriales y de servicios

Industria del papel y textil del Riu d’Alcoi

Paisaje del trabajo fabril

El paisaje industrial de Alcoi, con sus fábricas, sus profundas gargantas, sus corrientes de agua, conforma un claro ejemplo de interacción entre el hombre y la naturaleza. Y además, para los alcoyanos forma parte de su visión del mundo, aspecto sensible y significativo de la propia personalidad de un pueblo.

 

La primera industrialización valenciana

La ciudad de Alcoi se alza rodeada por l’Ombria, la Serra de Mariola, la de Biscoi, La Font Roja, Carrasqueta y a su vez atravesada por los ríos de Riquer, del Molinar y Benissaidó, afluentes del Serpis. En un entorno, como se ve, abrupto y complicado. No parece, en principio, que sea el lugar ideal para lo que allí pasó y queda como testimonio en su paisaje actual.

Efectivamente, será en Alcoi, a pesar de su complicada orografía, donde se producirá la primera industrialización valenciana, y uno de los más tempranos lugares de localización fabril de la Península Ibérica. Dos serán las principales producciones que se asentarán en estos lares, una la del sector textil y otra la producción de papel. El ambiente y construcciones fabriles, dado el volumen productivo que adquieren, conformarán un paisaje industrial que define en gran parte la historia, el ser y sentir de la ciudad.

La zona ya detecta desde antiguo actividad alrededor de la utilización energética del agua. Por ejemplo El Molinar constata instalaciones para el aprovechamiento hidráulico desde el siglo XV, en concreto batanes de paños. Será a mediados del siglo XVIII cuando se tiene constancia de la instalación de molinos de papel en la zona alcoyana. Ya hemos visto que la zona muy montañosa, surcada de profundos barrancos no era especialmente propicia para las instalaciones fabriles. Pero la presencia del agua, de la líquida energía, posibilitará estas construcciones. Los molinos harineros eran utilizados para moler el grano y los martillos hidráulicos para el continuo machacado de trapos, paños de lana, esparto y celulosa de papel. Esta actividad preindustrial puso a la zona en condiciones de dar el paso a una mayor producción.A mediados de ese siglo XVIII algo más del 50 por ciento de la población activa se dedica a la industria.

En esta comarca de l’Alcoià-Comtat el impulso de la industria textil favorecerá tanto el desarrollo de las actividades metalúrgicas como de la industria del papel, ya de manera imparable. Desde mediados del siglo XIX el proceso de industrialización está ya definido en la ciudad y alrededores. A lo largo de ese siglo aumentan las instalaciones y con ello las necesidades de agua, lo que obligó a la industria a buscar nuevos espacios en los alrededores comarcales. Una importantísima parte de la producción se centraba en el papel de fumar. El progreso tecnológico, el aumento de la producción hizo que irrumpiera una nueva fuente de energía, el carbón que se trasladaba desde Gandia, abriéndose nuevas fábricas a lo largo de la vía ferroviaria que circulaba por el valle del río de Alcoi. Abundante mano de obra, corrientes de agua que producen energía, junto con una pobre agricultura, hacen que la ciudad y comarca se vuelquen en esa producción industrial como principal fuente de riqueza del territorio. No obstante la industria, la economía, padecen las frecuentes crisis y las reivindicaciones de los obreros/as hacen de la zona uno de los puntos más activos en cuanto al desarrollo del movimiento obrero en territorio valenciano. Porque la vida en el entorno fabril no era fácil: “ En general el treball a la fàbrica era dur i monòton. Centenars d’obreres lluitaven per la vida en les diferents seccions, entre olors desagradables, telers infatigables, retalls de teles, sorolls i xerrics de màquines que podien prendre’t un dit o tallar-te el braç” (Francesc Gisbert, Els lluitadors, 2004, p.64).

La crisis de la producción se reflejó en los años 60 del siglo pasado, lo que obligó a cerrar numerosas fábricas. La industria que fue, su alteración del paisaje, su huella en el mismo, conforman una visión actual de la zona no exenta de belleza y nostalgia.

El paisaje alcoyano, condicionado por esta actividad económica ya fue identificado en sus características fundamentales por viajeros e investigadores, como el mismo Cavanilles refiriéndose a la fuente del Molinar y su entorno: “… ella sola precipitándose por el barranco de su nombre mueve doce molinos papeleros, siete harineros y trece batanes, hasta que junto al puente de Benilloba entra en el río de Alcoy… hallan frecuentes presas por donde se dirigen a los molinos, batanes y canales de riego, y después vuelve a caer al barranco para mover de nuevo los molinos, que en anfiteatro siguen hasta el fin de la cuesta. El gran número de cascadas que resultan de las presas, el ruido de las aguas, y mucho más el de los molinos y batanes, lo frondoso del sitio por los empinados álamos y frutales que allí crecen, los trigos, maíces y demás producciones que cubren los campos en graderías, y la multitud de hombres, niños y mujeres que andan ocupados en servir las máquinas o cultivar el suelo, forman un conjunto pintoresco, vivo y agradable, donde las aguas y la tierra sirven últimamente a los hombres, obedeciendo exactamente a las leyes que les ha prescrito la industriosa pericia” (Cavanilles, A.J. Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia, vol. II, p. 194).

 

Alcoi. Fortaleza y panal

Ciudad emprendedora, activa, innovadora, con preocupaciones que van más allá del puro negocio: “Hay que pensar que en Alcoy se da generosamente lo que podríamos llamar ‘mercator sapiens’, es decir el hombre de negocios abierto a la curiosidad intelectual. Se da el caso de ricos industriales que patrocinan premios nacionales de Poesía y Teatro, copiosamente dotados. No resultaría inoportuna la alusión a la Florencia medicea, la de los hombres de negocios junto a los ensoñadores poetas, cuya prosperidad material hizo posible la prosperidad del espíritu” (Adrián Miró, “Juan Gil-Albert y su circunstancia alcoyana”, Calle del Aire, Revista de Sevilla a Juan Gil Albert, 1977, p. 55 ss).

Alcoi suspendido sobre sus barrancos, con las altas chimeneas de las fábricas, con barrancos atravesados por numerosos puentes, con espacios donde se mezcla la actividad industrial con la residencial, un castillo sobre las aguas donde sus habitantes se mueven en frenética actividad, cual colmena de acción colectiva. Otros aspectos del asentamiento dotan al paisaje de un carácter especial. Es el caso de los puentes, que salvan su difícil orografía y unen los diferentes espacios de la ciudad. Unos más antiguos como los de Penáguila, Cocentaina y San Roque, habiendo otros de menor tamaño para salver el Barxell, junto otros más modernos que enmarcan este variado y complejo paisaje.

Pero también Alcoi es añoranza visual de sus hijos, como el escritor Juan Gil-Albert nacido en al ciudad pero trasladado con su familia a Valencia a los nueve años, y que pasa sus veraneos en la finca del Salt; veamos la sentida descripción de sus recuerdos y paisajes: “Mirábamos, dentro de aquel inolvidable murmullo del agua, el espolón de roca que nos servía de muro fabuloso y su densa cortina de yedras de cuyas ramas balanceantes salía de vez en cuando la vibración de un pájaro tardío. Cada espacio nos llenaba, irresistible, de escenas tentadoras, de apremios sentimentales” (Extraído de Adrián Miró, “Juan Gil-Albert y su circunstancia alcoyana”, Calle del Aire, Revista de Sevilla a Juan Gil Albert, 1977, p. 57). Paisaje del Salt en primavera y otoño con la espectacular caída de agua, en un magnífico entorno; en sus proximidades se localiza un importante yacimiento arqueológico de más de 60.000 años de antigüedad, del período musteriense.

También alcoyano es Jordi Valor: “… Mirà cap a ponent les altures del Salt, ja coronades de fàbriques. La ciutat, reclinada en el fons de la Vall entapissada de verd, pareixia cresta calcària de la Serreta,.. ” (Jordi Valor i Serra, Històries cassolanes, València 1950, p.32).

El mismo Gil Albert nos regala una magnífica definición de la ciudad: “Nos hace pensar simultáneamente en la fortaleza y en el panal” y rematada la ilustración por Adrián Miró: “De la fortaleza tiene Alcoy su situación arrogante, encaramada sobre barrancos, aislada de la ciudad moderna – el ensanche – por cinco altivos puentes de una altura de unos cincuenta metros (la ciudad de los puentes la llaman). Del panal hay el bullir de las gentes, su afanosa agitación por el trabajo” (Adrián Miró, “Juan Gil-Albert y su circunstancia alcoyana”, Calle del Aire, Revista de Sevilla a Juan Gil Albert, 1977, p. 56).

El paisaje actual es heredero de su actividad fabril, de la ruina de la misma, del abandono tras la instalación en polígonos industriales a partir de los años setenta. Hoy en día Alcoi, su núcleo histórico, se identifica como modelo de ciudad industrial, entrando en la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional. Con ello surgió a partir de 1991 el Plan Ara para la revitalización del a ciudad. A lo largo de los años se han ido reutilizando diversos espacios urbanos en nuevos usos, p.e. la sede de Papeleras Reunidas reconvertida en edificio de Centro Europeo de Empresas e Innovación y el Instituto Tecnológico de Alcoi. La reconversión de antiguos talleres y fábricas del segundo sector del Ensanche decimonónico en servicios hosteleros y comerciales. Quedando mucho por hacer en el sector histórico e industrial de Alcoi.

Hemos visto, pues, que desde el siglo XVIII Alcoi se convierte en el núcleo más importante de industrialización del territorio valenciano, y de los primeros de territorio español. El aumento de esta industrialización en los siglos XIX y XX, el hundimiento de diversas industrias, la desaparición, los cambios de actividad, han ido marcando la visión de Alcoi. Los restos de esta actividad industrial, en ocasiones en ruina, en otros casos puestos en valor a través de rehabilitaciones y aplicación de nuevos usos, se integran y forman un paisaje característico y que da carácter a la ciudad. La paulatina desaparición de la actividad industrial dejó abandonados los restos materiales de esta actividad: conducciones de agua, molinos, fábricas, almacenes… La recuperación, la conservación de este rico Patrimonio producto del trabajo de los hombres y mujeres de Alcoi necesita de una gran y compleja acción que requiere de la participación interdisciplinar: historiadores, arqueólogos, economistas, arquitectos, ingenieros, paisajistas, ciudadanos… todo para lograr el mantenimiento de esa huella, de ese paisaje alcoyano.

Paisaje del barranco, del torrente, de los márgenes de piedra, molinos, chimeneas, agua que corre… “La partida de Solsides rebia aquest nom per estar emplaçada vora riu, en marges bastits pedra a pedra, en barrancs i antigues torrenteres on la tenacitat i la tossuderia d’un poble havia edificat sòlides naus industrials arrapades als abismes… Ximeneres puntsegudes semblaven sostindre la volta celeste i creaven núvols negres i agres, mentre als seus peus, les rodes gegantines dels molins d’aigua feien girar complicats engranatges que trasnmitien la força hidràulia dels salts a les màquines de filar o cardar, a centenars de telers.” (Francesc Gisbert, Els lluitadors, 2004, p.70 ).

El Instituto del Patrimonio Español, tiene considerado a El Molinar como uno de los Bienes Seleccionados del Patrimonio Industrial de España. Y el casco antiguo de Alcoi es Conjunto Histórico desde diciembre de 1982. Porque Alcoi es la huella de miles y miles de hombres y mujeres que en él han vivido y trabajado. Aún queda mucho por hacer, investigar, restaurar, poner en valor… Porque el paisaje no son solo las fábricas inutilizadas o en ruina, también las fotos, los objetos, las máquinas, las palabras, los recuerdos… Ese es el horizonte de Alcoi, fruto del trabajo del ser humano, producto de su sudor, de su sufrimiento en la búsqueda del sustento, paisaje que necesita del esfuerzo de las instituciones, los técnicos y de los ciudadanos para su conservación.

 

Josep Montesinos
Departament d’Història de l’Art
Universitat de València

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Fotos

Fábrica dels Pepets (foto Miguel Lorenzo).Vista aérea de Alcoi (foto ESTEPA).Conjunto de Fábricas dels Solers (foto Miguel Lorenzo).Molino de Federico Tort (foto Miguel Lorenzo).Fuente del Molinar también denominada Font del Llac o Font Mansa (foto Miguel Lorenzo).Fábricas del Molinar. Detrás Alcoi y el barranc del Cint (foto Miguel Lorenzo)Fábrica de Francisco Moltó (foto Miguel Lorenzo).

Mapas

Citas

Josef Gisbert. subdelegado de la Real Fábrica de Paños, (1806) Archivo General de Simancas.

“Hay corrientes 350 telares, que manejan en sus propias casas los Maestros Tejedorres que, al propio, lo son también de Fabricantes, con sus subalternos. Hay Batanes, Tintes, Hilanderos, Estambreros y Urdembreros, ascendiendo el número de personas empleadas en la fabricación a mas de Ocho Mil, con corta diferencia; la mitad, esblecida en esta Villa, y la otra mitad, en varios Pueblos comarcanos a la distancia de una, dos y hasta siete leguas, y entre todas elaboran cada año doce, trece y hasta catorce mil piezas de Paños, de todas suertes y colores”

Ovidi Montllor. El meu poble Alcoi.

El meu poble Alcoi
Té costeres i ponts,
música de telers;
té muntanyes que el volten
i li donen fondor.
Allí fan ser un riu
aigües brutes de fàbriques;
allí fan nàixer boira
del fum brut sense ales.
Eiximeneres trauen
en prova de treball
d’un poble que l’ofeguen
i que no mataran:
el meu poble Alcoi.
Poble d’història d’homes
que han volgut llibertat;
poble tossut i obert,
carrancs, clavillat.
Com un gall matiner
canta i alça la cresta,
com si el seu horitzó
fóra fora finestra.
Hi ha també un raconet
que només el sé jo,
ple de flors a l’estiu,
ple de flors a l’hivern.

Francesc Gisbert (2004). Els lluitadors, Ed. Bromera.

“La colònia del Molinar estava formada per un seguit de fàbriques i molins d’aigua que s’arrapaven a les ribes del riu Molinar, per produir electricitat dels salts i emprar-la per moure la maquinària. Vora les naus industrials, havia nascut un autèntic poble, amb les seues cases de pisos, l’església, l’escoleta i la tenda de queviures.”

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