Paisajes históricos

El Santuario de la Mare de Déu de la Balma

Una ermita-cueva enclavada en un abrigo natural

El santuario de la Mare de Déu de la Balma es un ermitorio emplazado en el municipio castellonense de Zorita del Maestrazgo, en el extremo septentrional de la comarca de Els Ports, en el límite con la provincia de Teruel. Se localiza unos tres kilómetros al Norte del núcleo urbano, en la ribera izquierda del río Bergantes, dominando el camino de Aragón. Se encuentra en el interior de una cueva, formando un conjunto de edificaciones, entre las que se encuentra una iglesia y una hospedería. Aprovechando la oquedad fue construida la iglesia, por lo que sólo hubo de levantarse la pared exterior. Así mismo, el campanario sólo tiene media torre. El nombre de la Balma es un topónimo geográfico que significa cueva en valenciano, y hace referencia a una concavidad alargada producida por la erosión. Desde el hallazgo en el siglo XIV de la imagen de la Mare de Déu de la Balma es un lugar de culto y de peregrinación para numerosas poblaciones valencianas y aragonesas. A esta Virgen se le atribuyen varios milagros y se la considera como intercesora para curar a los enfermos y a los supuestos “endemoniados” que llevaban a su presencia. En 1979 el santuario se declaró Monumento Histórico Artístico y desde 2007 ha sido reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Generalitat Valenciana.

 

El río Bergantes como eje vertebrador del territorio

El término de Zorita del Maestrazgo posee una superficie de 69,33 km2, siendo el municipio más septentrional de la cuenca del Bergantes, antes de que arribe a tierras aragonesas. El núcleo urbano está en una colina, situada a 657 m.s.n.m., en su margen derecha. El término está atravesado de Sur a Norte por el río Bergantes, que divide en dos un espacio muy montañoso y forma una vega extensa de suelos cuaternarios aluviales. En Zorita este cauce ha excavado el material y formado cortes verticales en los espesos paquetes de conglomerados terciarios. El intercalado en ellos de tramos más arcillosos, excavados por la erosión lateral, ha formado grandes “balmas” o cuevas como la que sirve de emplazamiento al santuario de la Mare de Déu de la Balma. En la mitad oriental del término el relieve está dominado por el anticlinal jurásico de Sant Marc (1.203 m) y, al sur del mismo, por el anticlinal cretácico de la Serra de Bernús (916 m). En la mitad occidental del término predominan los conglomerados terciarios de gres y arcillas rojas, con unas alturas máximas de unos 900 m en la Serra dels Mollons.

Este espacio posee un elevado interés medioambiental, ya que alberga ecosistemas valiosos. Es un área con un gran interés faunístico, ligada sobre todo a ecosistemas fluviales y en la que también existen algunos endemismos vegetales. Se integra en el LIC (Lugar de Interés Comunitario) denominado Riu Bergantes, que en total dispone de 4.402,61 ha, repartidas en los términos municipales de Forcall, Morella, Palanques, Villores y Zorita del Maestrazgo. Pertenece a la Red Natura 2000. Forma parte, a su vez, de la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de l’Alt Maestrat, Tinença de Benifassà, Turmell y Vallivana. En cuanto a la flora existen numerosos bosques de enebros (Juniperus communis), robles (Quercus robur) y pinos negros (Pinus uncinata). Existen dos Microrreservas de Flora, que son la de Montnegrell (9,98 ha) y la de Les Coves Llongues (2,702 ha), que albergan varios endemismos, entre el que destaca el clavel de balma (Petrocoptis pardoi), que es una planta rupícula que suele encontrarse en los abrigos rocosos.

 

Historia y actividad económica de Zorita del Maestrazgo

Su origen como lugar habitado desde la antigüedad lo constituyen las cerámicas de la Edad del Bronce aparecidas en la partida de la Solana de la Vila. En 1233 Blasco de Alagón la conquistó a los árabes y después perteneció a Jaume I. Los dos concedieron la Carta de Población a Andreu de Peralta, una en 1233 y otra en 1242. A comienzos del siglo XIV se encontraba fortificada con murallas. En 1820 consiguió la independencia de Morella. En la Edad Media la economía de Zorita se basaba en la ganadería ovina, el comercio de la lana y el cultivo de cereales. En el siglo XVII comenzó una expansión protoindustrial con la instalación en las orillas del río Bergantes de varios molinos, una tejería, una fábrica de papel transformada posteriormente en fábrica de cemento, fábricas textiles, un batán, serrerías, etc. La industria textil y de trapos tuvo una gran importancia. Estas industrias fueron desapareciendo y desde principios del siglo XX existe una pérdida continua de población, a causa de la emigración provocada por el fracaso industrial y la crisis agraria. En el año 2015 Zorita sólo contaba con 129 habitantes, cuando en 1877 tenía 1.393. En la actualidad la economía se basa en la ganadería porcina y ovina y en la agricultura, pese a que existen numerosas tierras abandonadas. Actualmente se cultivan 134 ha, de las cuales 110 son de secano y 24 de regadío. Destacan los cereales, con 103 ha, con preponderancia de la cebada (56 ha) y avena (32 ha), y los cultivos forrajeros con 19 ha.

 

El Santuario de la Balma, una edificación singular en un paraje privilegiado

Antes del hallazgo en el siglo XIV de la imagen de la Mare de Déu de la Balma ya existía una modesta ermita dedicada a Santa María Magdalena y Sant Blai en este espacio. Estas cuevas albergaron anacoretas y eremitas desde tiempos muy remotos, que buscaban refugio y tranquilidad espiritual. La leyenda dice que en 1332 la Mare de Déu de la Balma se le apareció a un pastor manco (otras versiones dicen que tenía el brazo inválido). Le indicó que avisara en el pueblo que su voluntad era que le edificasen un templo en ese lugar, al tiempo que sanaba su brazo. El pastor dio el aviso y al llegar allí hallaron una imagen tallada en madera de la Virgen. Fue trasladada a Zorita para que se guardara en la iglesia parroquial. A la mañana siguiente había desaparecido, pero la volvieron a encontrar en la cueva de nuevo. Llegaron a la conclusión de que era voluntad de la Virgen ser venerada allí, por lo que decidieron proyectar allí la obra, pese a las enormes dificultades que suponían levantar una iglesia sobre aquellos derrumbaderos.

En la entrada del Santuario, junto a la calzada que lo une con la carretera, encontramos la Creu Coberta de la Balma. Se emplaza en el lugar donde antes se situaba la Creu de la Brea, edificada en el siglo XIV. La actual se finalizó en 1687, y se renovó en 1770. Está debajo de un casalicio con cuatro columnas robustas, con una cúpula que alberga frescos de Juan Francisco Cruella de 1860. Está construida de mampostería y está cubierta con tejas árabes.

El santuario se sitúa a 712 m.s.n.m., adosado a la montaña de la Tossa. Originariamente era un conjunto de abrigos y covachas, que mediante cerramientos con muros ha formado una galería de 180 m, incluyendo la iglesia y la hospedería. Arquitectónicamente es un conjunto de edificaciones que parecen estar colgadas de la pared rocosa, dispuestas longitudinalmente, en un espacio inverosímil. Sólo está construida la parte exterior de los edificios, ya que la parte interior es la propia cueva. Lo que se ve desde el exterior es simplemente el cierre de los recintos que en el interior son de roca viva. La hospedería y la iglesia se hallan unidas por un estrecho y largo pasadizo, suspendido sobre un abismo en la roca, al aire libre, separado del precipicio por un murete con barandilla que sostienen unos arcos.

La hospedería tiene dos plantas con balcones a las que se accede por una larga escalinata. Entre 1577 y 1580 se amplió, para poder albergar a un mayor número de personas. A finales del siglo XVIII volvió a ensancharse y se añade una pieza en su parte baja que forma un espacioso patio. En el piso superior se sitúa la denominada Sala de las Danzas, de mayores dimensiones y arcos de medio punto cegados. Junto a la hospedería existe una fuente con un depósito de piedra de sillería.

Una vez superamos el estrecho pasadizo pegado a la roca llegamos a la entrada de la iglesia, edificada en 1677 aprovechando restos de antiguas construcciones. Se alzó una gran pared para cerrar la cueva y se construyó un ábside para la capilla de Santa María Magdalena, a la que estaba dedicada la ermita desde muy antiguo. La fachada de la iglesia se realiza de sillería. El campanario dispone de dos cuerpos y está edificado en sillería, con cuatro huecos y pináculos de adorno en las esquinas superiores. El pórtico de acceso a la iglesia es de estilo renacentista, adintelado y está flanqueado por pilastras estriadas dóricas. En su frontón se sitúa una hornacina con una imagen de la Virgen del Perdón. La iglesia posee una planta irregular, con 36 m de longitud, 12,5 m de anchura y 5 m de altura en la parte más elevada. En los laterales hay pequeños altares dedicados a Santa María Magdalena, Sant Antoni, Sant Blai y el Buen Pastor. En el centro, protegida por una artística verja de hierro forjada en 1594, se emplaza el camarín de la Mare de Déu de la Balma. Detrás del mismo, en el fondo de la cueva natural, hay una representación escenificada del hallazgo del pastor de la talla de la Virgen. Al final de la iglesia existe un altar para decir misa y en la parte posterior hay una sala donde se depositan en las paredes los numerosos exvotos ofrecidos por las personas que visitan la ermita.

 

Un lugar de peregrinación de enfermos y “endemoniados”

Desde la aparición de la Mare de Déu de la Balma el santuario comenzó a ser un centro de peregrinación de numerosos pueblos castellonenses y del Bajo Aragón. La primera romería de la que se tiene constancia viene de la población turolense de Castellote, desde donde acudieron en rogativa en 1408 durante una prolongada sequía. La fama milagrosa de la Virgen de la Balma hizo que la devoción se extendiera rápidamente. La romería más famosa es la que tiene lugar en las fiestas de la Mare de Déu de la Balma, que se celebran del seis al ocho de septiembre. El día siete la imagen de la Virgen es llevada a Zorita y en la madrugada del día ocho comienza la procesión para devolver la imagen al santuario. Durante esta celebración intervienen varios personajes y se realizan diversas danzas típicas, consideradas entre las más antiguas de la Comunidad Valenciana. Al llegar a la Creu Coberta se realiza un auto sacramental denominado La lucha del ángel contra el demonio. El demonio aparece repentinamente, desafiante y amenazador e increpa al pueblo con la intención de que no visiten el santuario. Luego irrumpe un ángel, representado por un niño, que después de una breve lucha derrota y humilla al demonio, invitando a las personas a seguir hasta la iglesia, donde se realiza una misa.

La fama milagrosa de la Virgen hizo que acudiesen numerosos enfermos, con patologías muy variadas, en busca de curación. También acudían los denominados “endemoniados”, que por lo general solían ser enfermos mentales, psicóticos, dementes, esquizofrénicos, epilépticos, neuróticos, etc. Ejarque (1934) indica que no ha podido encontrar ninguna noticia histórica que se refiera a los endemoniados, aunque reconoce que fueron algunas personas buscando la curación. Añade que “No son en la mayoría verdaderos casos de endemoniados sino enfermos de diversas enfermedades, principalmente nerviosas, de las cuales podrían dar mejor dictamen los médicos, sin que esto implique la negación absoluta de que verdaderamente no se haya dado algún caso de verdadera posesión”. A finales del siglo XIX y principios del XX se generalizaron, y en los días previos a la celebración del ocho de septiembre había una afluencia masiva de visitantes, entre los que acudía un grupo de mujeres-brujas para celebrar sus rituales curativos en los alrededores del santuario. Nunca los realizaban sacerdotes, sino que estos supuestos exorcismos los realizaban las denominadas caspolinas, oriundas de Caspe en su mayoría, o de los pueblos de la ribera del Bergantes o del Guadalope. Estas curanderas en realidad buscaban obtener beneficios económicos de las familias de los enfermos. Se aprovechaban de la superstición e ignorancia de las personas, en su mayor parte analfabetas, ante un mal que los espanta y cuya sintomatología desconocen, por lo que creían en la existencia de una posesión demoniaca. Una vez finalizada la Guerra Civil la intervención de la Guardia Civil hizo que los exorcismos y las visitas de los “endemoniados” cesaran.

 

Miguel Antequera Fernández
Joan Carles Membrado
Departament de Geografia,
Universitat de València

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Citas

Fuster, J. (1971). Viatge pel País Valencià. Obras completas, tomo III

“Però la Balma encara té les seves seduccions. Es tracta d’una vall ampla, cultivada, per la qual passa el Bergantes, amb Sorita al fons, i més al fons, i pertot arreu, la barrera incessant de les serres. Segons sembla, el paratge va ser ocupat en un principi per solitaris dedicats a la vida contemplativa. Ara en queda el santuari. Està enclavat en una profunda escletxa que corre paral·lela al sòl, i a mitja altura, pel llenç vertical de la muntanya. Es senzillament una cova. Hi entrem a través d’un llarg passadís, també buidat en la roca i obert al paisatge. El campanar i un fort mur amb altes i diminutes finestres cobreixen la boca de l’espelunca sagrada. Al seu costat, l’albergueria, emblanquinada i alegre”.

Mundina, B. (1873). Historia, Geografía y Estadística de la provincia de Castellón, Imp. Rovira Hermanos, Castellón.

“Tiene en su término tres ermitas, la primera dedicada a Nuestra Señora de la Balma, (…) y se celebra en ella una gran fiesta todos los años el 8 de septiembre, a la cual acuden de toda la provincia centenares de familias, unos atraídos por la gran devoción, y otros por el deseo de que alguno de sus hijos o parientes sea curado con los exorcismos que le dice el cura en aquella ermita, cuya imagen goza de antigua fama para curar a los endemoniados. Acuden de lejanas tierras el día de la función, algunos que se creen poseídos de malos espíritus, y cuentan singulares maravillas obradas a presencia del numeroso concurso que allí se reúne”

Romero Casaña, G. (2004). La Balma, camí del cel. Quadern de divulgació, Nº 2. Ed. Aula de Cultura Tradicional Valenciana, Universitat Politècnica de València

“El seu aspecte petri, granític, ferm, contrasta en la visió que s’obri davant els ulls del visitant, una esplèndida vista en la que destaca la delicadesa en la que el riu Bergantes tracta eixos paratges, entortint-se com un ofidi tranquilitzat per les curves de l’aigua transparent”.

Ejarque, R. (1934). Historia de Nuestra Señora de la Balma. 3ª edición, Tortosa.

“… Halla el pasajero al salir de la iglesia grato solaz contemplando el bello panorama que a su vista se despliega: hacia el Oriente, con las elevadas cumbres de la sierra de San Marcos cubierta de pinares, y siguiendo hacia mediodía y occidente, las elevadas montañas de Morella, rematando frente a Forcall en las Muelas de Miró y de la Garumba; algo más cerca, en las estribaciones de la sierra de Morella, sobre una colina aislada por profundos barrancos, la villa de Zorita; y en el fondo, el tortuoso curso del Bergantes, que después de fecundar con sus aguas las feraces vegas, tuerce violentamente su curso al pie del Collet de la Salve…”

Bibliografía

DE LA FIGUERA, G. (1658)

Miscelánea Sacra. Varios poemas. Ed. Juan Lorenzo Cabrera, Valencia.

EJARQUE, R. (1934)

Historia de Nuestra Señora de la Balma. 3ª edición, Tortosa.

FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, V. J. (2005)

La Balma de Zorita, 30 años en torno al santuario. Ed. Diputación de Castellón, Servicio de Publicaciones.

FUSTER, J. (1971)

Viatge pel País Valencià. Obras completas, tomo III. Edicions 62, Barcelona.

MOMFERRER I MONFORT, A. (1997)

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MUNDINA, B. (1873)

Historia, Geografía y Estadística de la provincia de Castellón. Imp. Rovira Hermanos, Castellón.

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ROMERO CASAÑA, G. (2004)

La Balma, camí del cel. Quadern de divulgació, Nº2. Ed. Aula de Cultura Tradicional Valenciana, Universitat Politècnica de València.