Paisajes históricos

Les Coves de Sant Josep. La Vall d’Uixó

Una maravilla oculta en las entrañas de la tierra

Les Coves de Sant Josep son el río subterráneo navegable más largo de Europa y suponen el principal activo turístico del municipio de la Vall d’Uixó, a la vez que constituyen un elemento muy destacado de su patrimonio cultural y geológico. Este término se localiza al Sureste de la provincia de Castellón, en la comarca de la Plana Baixa, en un área de transición entre la Serra d’Espadà y la llanura aluvial de la Plana. Su extensión es de 68,19 km2 y cuenta con más de 31.000 habitantes. Tradicionalmente la economía del municipio se basaba en una agricultura de secano arbolado (algarrobos, olivos y almendros), y en la industria del calzado, que contaba con una larga tradición artesanal. En la actualidad los nuevos regadíos de cítricos han ido sustituyendo a las antiguas zonas de secano mediante la construcción de terrazas en los piedemontes. Esta transformación se ha ido produciendo desde mediados del siglo XX y ha sido posible por la masiva construcción de pozos en el sector oriental del término. En 2015 había 653 ha de secano y 1.732 ha de regadío.

 

Medio físico y evolución histórica de la Vall d’Uixó

El término queda enmarcado en el área de confluencia de dos dominios:

a) las estribaciones orientales de la Serra d’Espadà, con los macizos mesozoicos que forman el sector más oriental de la Cordillera Ibérica, en su rama levantina. Prevalecen los materiales calcáreos del Triásico. La orografía es abrupta, con pendientes pronunciadas y picos que superan los 600 m como El Puntal (692 m), Penyalba (648 m) y la Font de Cabres (631 m). La dirección del plegamiento principal es ONO-ESE, sobre la que se superpone ortogonalmente una fracturación. Predomina una tectónica en bloques que genera una serie de elevaciones y depresiones rellenas de materiales terciarios y cuaternarios;

b) la llanura aluvial de la Plana de Castellón, que ocupa la zona más oriental del municipio. Posee un relieve suave que desciende progresivamente hacia el mar. Está formada por abanicos aluviales, piedemontes coluviales y glacis integrados por conos de deyección.

El clima es mediterráneo, con inviernos suaves y veranos calurosos. La temperatura media anual es de 16,4⁰, siendo enero el mes más frío, con una media de 9,7⁰, y agosto el más caluroso, con 24,3⁰ de media. La precipitación media anual es de 503,4 mm, con una acusada irregularidad interanual. En cuanto a la hidrografía, el río Belcaire, de reducidas dimensiones, atraviesa el término de O a E. Recibe los aportes de la rambla Cerverola por el Suroeste y los del Aigualit, Turmón, Font de Cabres y Randero por el Norte. Posee un régimen torrencial y sólo lleva caudal en momentos de grandes precipitaciones.

En el término de la Vall d’Uixó existen evidencias de la presencia humana desde la Prehistoria. En el valle del río Belcaire, concretamente en las propias Coves de Sant Josep, encontramos vestigios de cazadores-recolectores en el Paleolítico Superior (más de 16.000 años de antigüedad), con pinturas rupestres que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estas pinturas rupestres contienen representaciones en rojo de estilo esquemático. En época ibérica hubo una expansión de la población, como lo ponen de manifiesto los restos de la ciudad de la Punta d’Orleyl, con cuatro filas de murallas, y el poblado de Sant Josep, que alcanza hasta la romanización, situado junto a la ermita de Sant Josep o de la Sagrada Familia. Ambos conjuntos han sido declarados Bienes de Interés Cultural (BIC). En época romana se construyó la acequia que llevaba el agua desde les Coves de Sant Josep hasta las tierras cultivadas y el monumental acueducto, modificado en época islámica, que atraviesa el Barranc de l’Aigualit.

Con la conquista árabe la organización política estaba regida por el Castillo de Uixó, edificado en el siglo X, una fortificación de grandes dimensiones declarada BIC en la actualidad. Se establecieron diversas alquerías en la margen izquierda del río Belcaire, de las cuales hay seis que estaban localizadas en el actual núcleo urbano de la Vall d’Uixó. Son las de l’Alcúdia, Benigafull, Benigasló, Benizahat, Seneja y Seneta. El rey Jaume I de Aragón conquistó estas tierras en 1238 y en 1250 recibieron la Carta de Poblamiento. La expulsión de los moriscos en 1609 provocó una masiva despoblación. Durante el siglo XVIII hubo un aumento notable de la población, por lo que hubo una expansión urbana que supuso la aglutinación de las antiguas alquerías en dos núcleos, el Poble de Dalt y el Poble de Baix, cada uno con su parroquia (el Ángel Custodio y Nuestra Señora de la Asunción, respectivamente). A partir de 1860 los dos pueblos se unieron y se formó una plaza central, que es donde se sitúa actualmente el Ayuntamiento.

 

Les Coves de Sant Josep, un valioso patrimonio geológico y espeleológico

La creación de la red hidrográfica subterránea que origina les Coves de Sant Josep se produce por un sistema kárstico formado durante el Plioceno, desarrollado en las dolomías y calizas dolomíticas del Triásico medio, en facies Muschelkalk. Su base descansa sobre arcillas abigarradas impermeables del Buntsandstein, que detienen las filtraciones. Su cuenca de alimentación o recarga hídrica se extiende durante 31 km2, estableciéndose un flujo de dirección O-E, y coincide aproximadamente con la del río Belcaire. Incluye dos sumideros como son el Avenc de la Guilla y el Avenc de la Riera. Les Coves constituyen el principal manantial de descarga regional del acuífero. El caudal medio suele estar en torno a los 100 l/s, aunque en las épocas de mayores crecidas puede alcanzar los 10 m3/s.

La primera exploración conocida de la cavidad se realizó en 1902. El acondicionamiento de la cueva para su visita no se produjo hasta 1936, cuando se construyó una pequeña presa para mantener el nivel de las aguas. Las obras finalizaron en 1950. Se mejoró la iluminación y se amplió la “Boca del Forn” con barrenos. En 1961 se abre la “Galería de los Sifones” a la navegación gracias a las voladuras con dinamita y se descubre el “Lago Azul” y la “Galería Seca”. En 1981 el Grup d’Exploracions Subterrànies del Club Muntanyenc Barcelonès realiza la topografía conocida, que era de 2.384 m. Posteriormente, en 1993, las investigaciones del Grupo Espeleológico Vilanova i Piera permiten cartografiar la cavidad hasta los 2.750 m. En 2016 se ha aumentado en unos 300 m más la zona explorada, después del denominado quinto sifón, por lo que la gruta supera los 3.000 metros. No obstante aún continúan inexploradas partes de la cueva, por lo que no se conoce el origen del río subterráneo ni el final de la gruta.

La cueva tiene un sector acondicionado para su visita turística y un área no visitable. El recorrido que pueden contemplar los turistas es de 800 m en barca y 255 m a pie. La parte inicial de la gruta es un vestíbulo de acceso de 37 m de longitud donde se encuentra el primer embarcadero. La “Sala de los Murciélagos” es el primer gran ensanchamiento de la cavidad, con 35 m de longitud, 10 m de anchura y 8 m de altura, que debe su nombre a la cantidad de murciélagos que en otro tiempo albergaba. Se llega a la “Boca del Forn”, primer punto donde hace sifón, que se dinamitó para permitir el paso de las barcas. Después se llega al “Lago de Diana”, de 5 m de profundidad, y a un ramal denominado “Lago Azul”, que posee 12 m de profundidad. Atravesamos un nuevo paso estrecho, la “Galería de los Sifones”, de 60 m de longitud, siendo el túnel artificial más largo del recorrido. Al finalizar llegamos al segundo embarcadero, situado en el punto donde la cueva se bifurca en dos galerías. La de la izquierda, en la que se continúa el recorrido navegable, y la de la derecha, la “Galería Seca”. Este ramal se efectúa caminando y aparecen formaciones curiosas como la “Cascada de la Flor” o la “Cara del Diablo”. En su parte central posee una cúpula de 17 m de altitud revestida de coladas en las paredes. Concluye en el tercer embarcadero, donde finaliza la zona visitable. La vuelta se efectúa en barca y en dirección al segundo embarcadero circulamos por sectores denominados “La Catedral”, “El Embudo”, “El Lago del Diablo” o “El Penyal”.

Volviendo al tercer embarcadero la gruta prosigue en el área no visitable. Ésta se inicia con algunos sifones dinamitados. Luego accedemos a la “Gran Sala Ensorrada”, que posee unos 30 m de longitud, 20 m de anchura y 18 m de altura. Debe su nombre a que ha sufrido un gran hundimiento de su bóveda. A unos 100 m de esta sala existe una bifurcación de 70 m llamada “Galería del Fang”. La galería principal prosigue por sectores denominados “La Playa” y “El Túnel”, y después de 210 m se accede a la “Sala d’En Vicent”. Desde ella, y después de proseguir 50 metros entramos en un sector donde se alternan los sifones subacuáticos (son necesarias las botellas de aire comprimido para poder bucearlos), con tramos de galerías. En el interior del tercer sifón (“Sifó Gran”, de 35 m) recibe lateralmente los aportes del Avenc de la Riera. Este sifón está localizado justo por debajo del lecho del río Belcaire, por lo que constituye un punto destacado de captación de aguas. Una vez superado el tercer sifón hay 23 m de galería hasta el cuarto sifón, y atravesado éste hay un túnel de 210 m hasta el quinto sifón. En 2016 y 2017 se han efectuado nuevas exploraciones espeleológicas que han confirmado la existencia de unos 300 m más de túneles. Sin embargo se ha corroborado, a su vez, que no es el final de la gruta.

En el interior de les Coves de Sant Josep se observan varios tipos de elementos geomorfológicos. Se pueden distinguir: a) morfologías de ampliación de la cavidad por procesos erosivos, como los canales de bóveda; pendants; rillenkarren; y las cúpulas de burbuja o marmitas inversas; b) formas clásticas, como consecuencia de procesos mecánicos, gravitacionales y erosivos (por disolución química), que dan lugar a desprendimientos de la roca madre que afectan a la bóveda de las galerías; c) espeleotemas: pueden ser cenitales (estalactitas y columnas); parietales (coladas, columnas mixtas, gours y microgours); y pavimentarias (estalagmitas, columnas, coladas y macizos); y d) formas de sedimentación detrítica, con materiales aluviales o coluviales.

Les Coves de Sant Josep albergan en su interior una fauna y flora adaptada a las condiciones ambientales subterráneas. La ausencia de luz hace que los taxones vegetales sean escasos, pero la iluminación artificial hace que se observen culantrillos de pozo (Adiantum capillus-veneris), aleluyas (Oxalis corniculata) y helechas o píjaros (Polystichum setiferum). En cuanto a la fauna habita un tipo de molusco gasterópodo, el Melanopsis tricarinata dufourii; una clase de quisquilla (Dugastella valentina); y un invertebrado cavernícola, la araña Lessertia dentichelis.

 

El sistema de regadío de la Séquia de Sant Josep y sus elementos hidráulicos

El caudal de les Coves de Sant Josep ha suministrado históricamente a la Séquia de Sant Josep o Mayor, el principal sistema de regadío y abastecimiento de la Vall d’Uixó. Su origen es romano, como lo atestigua el Aqüeducte de Sant Josep, obra romano-árabe. Este sistema, que se abandonó en 1995 por la expansión urbana de la ciudad, abastecía una superficie de 166 ha e irrigaba campos de hortalizas y algunos terrenos de naranjos en las partidas de Els Horts, Senda de l’Hospital, El Parral y L’Horta Seca. Actualmente el caudal se utiliza exclusivamente para consumo humano.

El sistema de la Séquia de Sant Josep, antes de llegar al Barranc de l’Aigualit, se bifurcaba en dos acequias. El agua destinada al consumo humano cruzaba el barranco con un acueducto de origen romano, reconstruido en época medieval, de más de 100 m de longitud. Nada más se atraviesa surge un pequeño brazal que daba servicio a la Fábrica de Luz, inaugurada en 1910. Posteriormente abastecía a las fuentes dels Dolors, de Chulià, de la Mercé y de Llopis. La acequia destinada a los regadíos tradicionales surgía de la bifurcación mencionada y, antes de atravesar el Barranc de l’Aigualit, daba servicio al Molí Arroser o de Demetrio, antiguamente denominado Molino Mayor. Posteriormente lo cruzaba mediante el Aqüeducte de l’Alcudia, de origen medieval y con un sólo arco de medio punto. Pasado el acueducto abastecía al Molí Xiquet y al del Tortet, ya existentes en época medieval. Bonificaba las huertas adosadas a la parte meridional del núcleo urbano del valle. Abastece a la Font de l’Ángel y la Font del Centre, y antiguamente a las desaparecidas Font dels Conills y la Font del Carme, estando las dos últimas desaparecidas. Posteriormente llegaba a la Bassa dels Ferros, construida en época árabe y soterrada en 1963. Continuaba hacia el Este y daba servicio al Llavaner y Abeurador de Sant Vicent, al Molí de Pascual Serrano y al Molí de Marco, elementos actualmente desaparecidos. El sistema de riego disponía de varios brazales perpendiculares a la acequia principal que se utilizaban para conducir el agua a las diferentes parcelas de cultivo.

El principal elemento del sistema descrito es el Aqüeducte de Sant Josep, siendo el testimonio más emblemático de la romanización en la Vall d’Uixó, probablemente de la época del Imperio. Su longitud total sobrepasa el centenar de metros y el grosor del muro es de 2’8 m. Originariamente constaría de cuatro arcos centrales de medio punto, contiguos entre sí, y un quinto más separado, hacia la orilla derecha, que todavía se conserva. Sobre los cuatro arcos centrales se sobreponía una segunda hilera de arcos menores, para salvar el desnivel del barranco. Los dos estribos del acueducto son del aparejo que los romanos denominaban Opus Rusticus, que es irregular y con sillares organizados aleatoriamente. Debido a su deterioro fue reconstruido de forma parcial en 1436, en época árabe. La doble hilada de arcos más pequeños debió sufrir un derrumbamiento. Actualmente dispone de dos arcos de medio punto en los extremos del barranco y tres arcos ojivales de nueva construcción en su parte central, que poseen mayor altura que los de medio punto. Estuvo en funcionamiento hasta 1930.

 

Miguel Antequera Fernández
Jorge Hermosilla Pla
Departament de Geografia,
Universitat de València

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Citas

CAVANILLES, A. J. (1797). Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia, Imprenta Real. Madrid

“Hanse aprovechado para el riego de las aguas que nacen por la raíz del cerro de San Joseph, que tendrá unos sesenta pies de altura, y se compone de bancos calizos inclinados al horizonte. Al mediodía y casi al nivel de la rambla o bien río Belcayde, que corre por su derecha, tiene dos cuevas que se comunican; por la occidental aun en estaciones muy secas sale como un pie cúbico de agua, que recibida en un canal corre hacia la villa, y fecunda sus huertas. Quando llueve mucho se aumentan las aguas brotando por las grietas de las paredes y bóvedas de las cuevas, bien que cesa el aumento poco después de las lluvias”.

Mundina, B. (1873). Historia, Geografía y Estadística de la provincia de Castellón
Imp. y Librería de Rovira Hermanos. Castellón

“Su estenso valle presenta una vista deliciosa; sus hermosas y bien cultivadas huertas son fertilizadas con las aguas de la abundante fuente de san José. Este copioso manantial tiene a su derecha el río Belcaire, mana en el interior de una cueva, y da constantemente dos decímetros cúbicos de agua, la cual es conducida a la población por un canal, y recojida en una gran balsa se distribuye para el riego de la mayor parte de su huerta, la cual comprende 14.500 áreas”

Peñarroja Torrejón, L. (2013). Historia de Vall d’Uxó, Ed. Diputació Provincial de Castelló

“El acueducto romano-árabe de Sant Josep. Construido para salvar el profundo desnivel del barranco de Aigualit canalizando el agua aportada por la acequia madre desde el manantial de Sant Josep, es el testimonio más emblemático de la cultura de la romanización… Era en el pleno sentido un aquaeductus, una conducción de agua, construido con función hidráulica; aunque un probable hundimiento de su parte central provocó la reconstrucción parcial en los siglos XIV o XV según patrones de tipo mudéjar o, en amplio sentido, gótico, con arcos apuntados”.

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