Paisajes históricos

Sagunto

Tierra de leyendas

Arse, Saguntum, Morvedre, Sagunto son algunos de los nombres que, a lo largo de los últimos dos mil quinientos años, se han utilizado para designar a una importante ciudad del litoral mediterráneo ibérico que por su estratégica situación ha sido camino obligado en el trasporte norte-sur paralelo a la costa y paso, también obligado, para el acceso al interior de la península siguiendo el cauce del Palencia. A esta situación privilegiada hay que vincular la presencia de un importante puerto de mar – conocido como Grau Vell, a unos 6,5 Km hacia el SE- que relacionaba el emplazamiento con el trasporte e intercambio marítimo. Este emplazamiento ha sido codiciado por todas las civilizaciones que han mostrado interés por las tierras peninsulares.

Sagunto (coordenadas 39º40’ 35’’N 0º16’24’’O) se encuentra en la prolongación de la Sierra Calderona, a orillas del río Palancia, río poco sinuoso y con un fuerte gradiente que desemboca en un cono aluvial.

La vegetación clímax en la Sierra Calderona debió estar dominada por las carrascas, aunque en la actualidad solo quedan algunos bosques de pinos carrasco con matorrales de lentisco y romero. La costa, sin embargo, presenta una vegetación que coloniza las mallaes, los marjales y las albuferas, como son los carrizales, eneales y juncales entre otros. Las dunas de Canet-Sagunto conservan una vegetación que ya ha desaparecido en otras costas valencianas. Las zonas de marjal han ido disminuyendo a lo largo de la historia pero al sur del término municipal se puede apreciar la Marjal dels moros con una buena representación de vegetación palustre.

 

Los inicios: Arse ibero

Sagunto, inicia su historia como Arse, un oppidum de la regio Edetania que se extendía entre el Xuquer (Sucro) al sur y el río Millares al norte. Se localiza sobre una pequeña elevación de la Sierra Calderona, muy bien situada ya que comunica la cuenca media y baja del Palencia con el mar. Este núcleo ibérico se inicia en el siglo VI a. C., aunque en sus proximidades existen algunos núcleos de población ya habitados en la Edad del Bronce como el Pic dels Corbs. Este oppidum tenía una superficie entre 8 y 10 ha. y poseía un doble recinto amurallado, una necrópolis y un área sacra donde se hallaron restos de unos plomos con escritura ibera. En esta época se produce un gran desarrollo cultural y económico avalado por la acuñación de moneda y las relaciones comerciales, que se desarrollaban en su puerto, el Grau Vell, con navegantes de diversos orígenes pero sobre todo griegos y fenicios con los que traficaban con vino, aceite, derivados de la pesca y materias primas.

 

Saguntum Romano

A mediados del siglo I a.C. la ciudad de Saguntum, conocida sobre todo por su participación en la Segunda guerra púnica o guerra de Cartago contra Roma (218-202 a.C), obtuvo el estatuto jurídico de colonia latina, estatuto que cambió durante el reinado de Augusto (27 a.C.-14 d.C.), al obtener el rango de municipio de ciudadanos romanos.

Podríamos resumir los hechos recordando como en el siglo III a.C, el equilibrio en el Mediterráneo entre Roma y Cartago se plasma en la Península Ibérica en el Tratado del Ebro (226 a.C.), por el que dicho río servía de límite de sus respectivas conquistas. Haciendo valer este tratado, el general cartaginés Aníbal asedia durante ocho meses a Sagunto, ciudad aliada de Roma. Los saguntinos piden socorro a Roma, pero mientras delibera el Senado, la ciudad es destruida. Esta destrucción de la ciudad por parte de los cartagineses (219 a.C.), fue el detonante de la II Guerra Púnica. Roma reconquistó la ciudad en el 214 a.C., mediante un ejército al mando de Publio Cornelio Escipión.

Así pues, se inicia la romanización de Sagunto, que tanta huella ha dejado en sus monumentos, muestra del gran desarrollo económico que alcanzó la ciudad y su zona de influencia. Siguiendo el Palancia se relacionaría con Caesaraugusta y a través de su puerto, en el Grau Vell, con una población que se remonta a época ibérica antigua, se relacionaría con todo el Mediterráneo.

Esta ciudad aparece en acuñaciones monetarias del siglo II a.C (130 a.C) y en la antigüedad la citan autores como Polibio que menciona un santuario costero (Hist.III, 59,6-8); Tito Livio hace referencia al senado saguntino (XXI, 12, 7) y también a cómo los saguntinos se defendieron de los cartagineses (XXI, 8-10); Plinio (Nat. XVI, 216) cita entre las virtudes saguntinas el culto a Diana cuyo templo, de época flavia (70-80 d.C) posee columnas de madera; Petronio (Satiricón, 141,9) narra cómo se comportaron los saguntinos durante el asedio cartaginés; etc.

Saguntum, como otras muchas ciudades de Hispania, desde los inicios de la época imperial desarrolló programas urbanísticos tendentes a dotarse de los edificios y espacios públicos que caracterizaron el modelo romano. Su extensión y forma queda configurada por las características topográficas del lugar, que obligan a la construcción en terrazas, sucesivamente dominadas por un complejo monumental. La terraza superior, en la cima oriental, está ocupada por el Forum, la intermedia está dominada por el teatro, ambos conjuntos monumentales muy próximos y bien conectados entre sí. En la parte baja de la ciudad junto al río, en el siglo II se construyó el circo. La vía Augusta pasa por Saguntum, atravesando el Palancia por un puente.

 

Morvedre medieval y moderno

Como hemos señalado anteriormente, esta ciudad ha recibido diferentes nombres a lo largo de su historia, así durante los siglos VIII al XII se conoce como Morvedre. Los visigodos acuñaron moneda en Sagunto entre los siglos V y VII.

Los árabes tomaron la ciudad en el 713, y comienza un período de floreciente agricultura, alfarería y relaciones comerciales, construyéndose baños, palacios, mezquita y escuelas. A partir de esta época es cuando el topónimo Saguntum cambió a Morbyter, variante de la cual procede el topónimo valenciano Morvedre, el cual predominará hasta mediados del siglo XIX. Durante la edad media coexistieron en la villa diversas culturas y religiones (judíos, cristianos, musulmanes), aunque con fricciones y en barrios separados.

En 1239, Jaime I lleva a cabo la conquista cristiana de Morvedre, construyéndose las nuevas iglesias del Salvador (estilo románico) y de Santa María (de estilo gótico), edificada en el lugar que ocupaba la mezquita.

En 1348, durante la guerra de la Unión entre Aragón y Valencia, los saguntinos retuvieron, en el Palacio del Diezmo, al rey Pedro IV de Aragón, obligándole a concederles numerosos privilegios; tras ser liberado, decretó que Morvedre dependiera de la ciudad de Valencia, lo que originó continuos conflictos con la capital del reino, como las guerras de Germanías (1520) y de Sucesión (1700-1707). En 1811, durante la Guerra de Independencia, Morvedre fue sitiada por el mariscal francés Souchet.

 

Sagunto contemporáneo

En 1868, el nuevo Gobierno Provisional modificó el nombre de la ciudad, llamada Murviedro desde hacía más de diez siglos, por el antiguo nombre romano de Sagunto.

En 1874, el General Martínez Campos puso fin a la I Republica y proclamó en Sagunto la restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII, quien, en agradecimiento, concedió a la villa el título de Ciudad.

Hasta el siglo XIX, su economía se basaba en la viticultura, pero tras la destrucción de los viñedos por la filoxera y la conversión del secano en regadío, los viñedos fueron sustituidos por los agrios.

El siglo XX significa para la ciudad y su comarca el despegue económico, tanto en el sector agrario como en el industrial. En el sector agrario, se produce la mecanización en las labores del campo y así como el cambio hacia una citricultura de exportación, cuya rentabilidad constituye el verdadero motor del desarrollo agrícola saguntino.

En el sector industrial, se crea en el Puerto de Sagunto la Compañía Minera de Sierra Menera para exportar hierro que se extraía en Ojos Negros (Teruel) y se transportaba por ferrocarril hasta el Puerto de Sagunto, donde el magnate vasco Sota construyó, en 1923, la factoría siderúrgica más moderna de Europa que, posteriormente, fue absorbida por Altos Hornos de Vizcaya. En 1971, se produce la concesión a Sagunto de la IV Planta Siderúrgica Integral, la acería más potente de todo el Mediterráneo que no llegará a consumarse por efectos de la crisis de 1973, salvo el tren de laminación en frío.

A partir de 1983, se inicia un proceso de reconversión siderúrgica que, en 1986, culmina con el cierre de “La Fábrica” nombre con el que se conoce en la población a los Altos Hornos del Mediterráneo, produciéndose una crisis social y económica que tambaleó los cimientos de este pueblo. Sin embargo, a partir de ese momento, y fruto de una reconversión siderúrgica organizada, la economía de la ciudad sigue sustentándose fundamentalmente en este sector. Efectivamente, lejos de suponer la muerte de un pueblo, como en aquellos días se auguraba, la reconversión supuso la implantación de una nueva industria en la ciudad (chapa laminada en frío, vidrio, …) que ha servido para recolocar en el mercado laboral a muchos de los trabajadores de la vieja factoría. En la actualidad Sagunto dispone de unas instalaciones portuarias en pleno proceso de ampliación y de varios parques industriales, por lo que el Puerto de Sagunto llega a su centenario con un panorama industrial diversificado siendo una de sus principales apuestas para su futuro.

 

La epopeya saguntina ¿historia o leyenda?

Sagunto, bajo cualquiera de sus nombres, se cita en muchas obras como ocurre en el poema del Mio Cid, cuyas acciones transcurren a finales del siglo XI en poblaciones como Murviedro y otras del valle del Palancia. Además, ha inspirado a viajeros, escritores y artistas de todo tipo como por ejemplo a Cavanilles (1745-1804) que en sus Observaciones sobre la historia natural, geográfica, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia (1795-1797) hace referencia a Murviedro indicando que en los marjales próximos al mar se cultivó el arroz hasta épocas recientes y después han tenido otros usos como el cultivo de naranjos en los del norte del puerto. Y hace alusión a que “En 1749 solamente tenía 938 vecinos y hoy cuenta ya 1515. Débese este aumento al progreso de la agricultura. Los cerros y montes abandonados antes hoy se cultivan con esmero; no se ven allí eriales ni descuido”.

Más recientemente, otros viajeros del siglo XIX también la recogen en sus escritos o ilustraciones, como ocurre con Laborde en su “Voyage historique et pittoresque de l’Espagne” (1811) o Prosper Mérimée, que según escribe no vio en Sagunto absolutamente nada de lo que restaba de Saguntum (Les sorcières espagnoles, 1830). Hübner, en su Primer viaje por España y Portugal (1860-1861), comprobó algunas inscripciones latinas en Murviedro y alrededores. También Pierre Paris, a principios del siglo XX se refiere a Sagunto en sus “Promenades archéologiques. Sagonte”.

Esta ciudad inspira también a escritores como Gaspar Zavala y Zamora que, en 1787, que narra en una comedia de 3 actos “La Destrucción de Sagunto”, o Alberto Lista (1755-1848) que hace una oda a las “Ruinas de Sagunto”, aunque Sagunto es sobre todo conocida gracias a la obra de Vicente Blasco Ibañez “Sonica la Cortesana” (1901) inspirada en su epopeya y también a la de Benito Pérez Galdos “De Cartago a Sagunto” Episodios Nacionales V.

Además, Sagunto aparece indicado en algunos mapas de los siglos XVIII y XIX en los que se puede ver la evolución de la ciudad y del paisaje que la rodea. Así, en los mapas del Mariscal Souchet (1811) se observa los Planos de la Batalla de Sagunto ganada por este mariscal al frente del ejército francés. En estos mapas se ven las lagunas litorales paralelas a la línea de costa, desde la desembocadura del Palancia hasta la Masía dels Frares al pie del abanico fluvial, alimentadas por los barrancos que bajan de la Calderona. En la cartografía del siglo XIX ya hay cambios, disminuyen los humedales, las tierras desecadas se parcelan y se cultivan casi hasta el mar.

 

Elena Grau
Departament de Prehistòria i Arqueologia
Universitat de València

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Fotos

Vista aérea del castillo, del teatro romano y de la ciudad de Sagunto (foto ESTEPA).Marjal dels Moros (foto Pep Pelechà)Marjal dels Moros (foto Pep Pelechà).Marjal dels Moros (foto Pep Pelechà).La Calderona vista desde la Ermita de Sant Cristòfol (foto Pep Pelechà).Vistas del Puerto de Sagunto (foto Pep Pelechà)Vistas de Sagunto desde la ermita de Sant Cristòfol (foto Pep Pelechà).

Mapas

Citas

Antonio Chabret (1888). “Sagunto: su historia y sus monumentos”.

“La población presenta una figura de semicírculo prolongado alrededor de la colina en que se apoya, siendo mucho más larga que ancha como el valle que ocupa entre aquella y el río Palancia, que le circuye por su costado Nordeste. Desde las empinadas y pintorescas calles que en forma de anfiteatro se extienden por la parte oriental del monte, se domina una deliciosa y fértil campiña, en que la naturaleza ayudada por la laboriosidad de los agricultores saguntinos, la hacen manantial inagotable de riqueza. La vista alcanza desde este punto una vasta extensión de terreno, que empezando desde las montañas de la costa de Oropesa al Este, se prolonga hasta el cano de San Antonio al Sur...”

Anónimo (1195-1207). Cantar del Mio Cid.

...El con todo esto priso a Murviedro , Ya veie mio Cid que Dios le iba valiendo. Dentro en Valençia...
…Trasnocharon de noche, al alba de la man Açerca de Murviedro tornan tiendas a fincar. Violo mio Çid, tomose a maravillar. ..
…Robaban el campo y piensanse de tornar, Entraban a Murviedro con estas ganançias que traen grandes. Las nuevas de mio Çid, sabed, sonando van, …
…mio Çid, de coraçon le plaze, [Salio de Murviedro una noche en trasnochada, Amaneçio a mio Çid en tierras de Mont Real, …
…..Tornabase a Murviedro , ca el se la ha ganada, Andidieron los pregones, sabed, a todas partes, …
…Ganada ha Xerica y a Onda por nombre, Priso a Almenar y a Murviedro que es mejor, Asi fizo Çebolla y adelante Castejon …
“Después se volvió a Murviedro, que ganado tiene ya…”

Prosper Mérimée (Les sourcières espagnoles, 1830), Chabret, 1888.

“Je ne sais comment je me suis laisse persuader d’aller à Murviedro, voir ce qui reste de Sagonte. J’ai gagne beaucoup de fatigue, j’ai fait de mauvais diners et je n’ai rien vu du tout”.

Bibliografía

ARANEGUI, C. (2004).

Sagunto. Oppidum, emporio y municipio romano, Barcelona.

CHABRET, A. (1888).

Sagunto, su historia, y sus monumentos, Barcelona.

MARTÍ, Mª A. (1998).

“El área territorial de Arse-Saguntum en época ibérica”, Estudios Universitarios 72, València, Ed. Institució Alfons el Magnànim, Diputació de València.

RIPOLLÉS, P. P. Y LLORENS, M. M. (2002).

Arse-Saguntum. Historia monetal de ciudad y su territorio, Sagunt.