Paisajes y acciones estratégicas

L’Alcoià-Comtat

Tierra adusta, personas tenaces

Una tierra adusta

La comarca, la Montanya en nombre antiguo o L’Alcoià, el Comtat y la Foia de Castalla, denominación que recoge todas las sensibilidades de sus habitantes, tiene una orientación SO-NE, como las sierras pre-béticas que la enmarcan y constituyen, y tiene dos núcleos: la parte NE la forman L’Alcoià-Comtat y la parte SO La Foia de Castalla. Una y otra en medio de intrincadas sierras las comunica la canal de Alcoi, donde arranca el barranco de la Batalla. Por su lado E la comarca limita con la Safor, la Marina Alta y la Marina Baixa. Con la Safor a través del valle de Perputxent que se abre entre el Benicadell y la sierras de Planes. De la Marina Alta la separa la sierra Albureca, entre la baronía de Planes y la Vall de Gallinera. De la Marina Baixa la separa la Aitana. En el lado sur de la comarca, los municipios de Ibi y Tibi, ambos de la Foia de Castalla, limitan con L’Alacantí, separados por la Carrasqueta y la Penya Roja o del Migjorn. Por el lado O las sierras del Maigmó y la Arguenya cierran la Foia de Castalla y ponen límite entre ésta y el Alto Vinalopó.

Se trata de un conjunto abigarrado de poderosas sierras más o menos paralelas entre sí, con sobresalientes crestas calizas. Por el N delimitan la comarca, de poniente a levante, las sierras de Onil, La Filosa, Mariola y Benicadell, y por el sur la cierran la Carrasqueta y la Aitana, y entre la alineación del N y la del S, en paralelo, se levantan otras montañas a veces no menos potentes, como la Serrella, el Carrascar de la Font Roja, la Serra d’Almudaina, las de Planes (Cantalar y Albureca) o la de Penàguila, que forman un panorama orográfico complejo.

Entre tantas sierras, la comarca conforma dos espacios o subcomarcas, la Foia de Alcoi a la parte NE, y la de Castalla a la parte SO. La Foia de Alcoi, por donde corre el Serpis y sus afluentes, abarca a L’Alcoià i el Comtat. Es un espacio lleno de valles estrechos enmarcados por altas sierras que se hace llano siguiendo el eje central por donde corre el río, pegado pronto a la parte sur del Benicadell, y donde hallamos los llanos de Cocentaina y la plana de Muro. Por el valle de Perputxent, al pie mismo del Benicadell, se escapa el río hacia Gandía por L’Orxa y el barranc de l’Infern, un formidable paraje donde antes circulaba el tren de vía estrecha al Grau de Gandía y hoy es vía verde.

El otro espacio de la comarca, la Foia de Castalla, al SO del anterior, es más abierto y tiene forma de triángulo equilátero invertido, delimitado por la Serra d’Onil (al NNE), la Carrasqueta (al ESE) y el Maigmó y otras sierras paralelas (al OSO). En cada vértice del triángulo, hay un corredor: la canal de Alcoi, ya citada, que comunica la planicie de Castalla con la otra subcomarca; el corredor de Arguenya, que la conecta con el Vinalopó (Sax) y l’Estret de Tibi abre paso a L’Alacantí.

El clima es mediterráneo, con un régimen de precipitaciones de unos 500 mm anuales irregularmente repartidas por la orografía y los vientos dominantes; hay una sequía estival y un período lluvioso en otoño y principio del invierno y otro menor en primavera, pero hay también episodios de unos pocos años de sequía. Y en cuanto a temperatura, la típica de la montaña: el invierno se hace notar.

En esta comarca se encuentra al nudo hidrográfico más denso del País Valenciano. De ahí arrancan los ríos Serpis, que va de Alcoi a Gandia, el Girona, Gorgos y Guadalest, que nacen en las sierras orientales, muy lluviosas, y desembocan entre Dénia y Altea; el Montnegre (llamado Riu Verd en su cabecera, Montnegre en su curso medio y Riu Sec en su curso bajo), que atraviesa la Foia de Castalla y desemboca en el Campello. También nace en el linde de esta comarca, en la Mariola, entre Bocairent y Banyeres, el Vinalopó que desemboca en las Salinas de Santa Pola y el Fondo, antiguamente albufera de Elx.

Los dos principales ríos son el Serpis y el Montnegre. En L’Alcoià nace y discurre el río de Alcoi o Serpis de la confluencia del Barxell y el Molinar. La ciudad se plantó allí y desde entonces ha aprovechado estas aguas que han tenido gran importancia en su origen industrial. Al Serpis confluyen por el O dos afluentes, el Agres (entre las sierras de la Filosa y Mariola) y el Polop (entre Mariola y el Carrascar de la Font Roja), y por el E el Penàguila o Frainos (entre la Aitana y la Serella), el Seta (entre la Serrella y la sierra de Almudaina), y el barranco de l’Encantada (Planes), con pintorescos paisajes. Poco después, aguas abajo, el pantano de Beniarrés regula el riego de la Safor.

Por la Foia de Castalla nace y discurre el río Montnegre, que delimitó en época foral las fronteras de las gobernaciones de Xàtiva y Orihuela, y donde hallamos el pantano de Tibi, construido a la salida de la Foia de Castalla, en el estrecho que forman el Mos del Bou y la Cresta, a finales del siglo XVI (1597), por la iniciativa del molinero de Mutxamel, Pere Esquerdo y otros vecinos y proyectos de Batista y Christophoro Antonelli, para regular las aguas de la huerta de Alicante, gestionadas por el sindicato de riegos que tiene sede en Mutxamel. Es uno de los más antiguos de Europa.

La cubierta vegetal, perdida la primigenia que era de carrascas y bosques mixtos, hoy reducida a pequeños rodades (con la excepción del Carrascar de la Font Roja), es la característica del paisaje valenciano de montaña: pinos y matorral de hoja perenne. El pino más frecuente es el carrasco o halepensis, que forma grandes masas en las sierras de esta comarca y permite una rica fauna de pájaros. El sotobosque se esmalta de argelagues (aulaga), ceprell (brezo), romer, timó (tomillo), coscolles (coscojas), llentiscle (lentisco), matapoll (torvisco), arçot (espino), ginesta (retama)…

Dos son los principales parajes a destacar de la comarca: el parque natural la Font Roja y el parque natural de la Mariola. El primero, declarado en abril de 1987, está entre los términos municipales de Alcoi e Ibi, es uno de los mejor conservados y su cota más alta es el Menejador (1.356 m). Es zona de especial protección para las aves (ZEPA) de la Unión Europea y lugar de interés comunitario (LIC) por poseer especies animales y vegetales amenazadas y protegidas. El parque presenta dos zonas bien diferenciadas, la solana y la umbría, con lo que exhibe una notable variedad paisajística, debido a la orientación de la sierra y la llegada de los vientos húmedos del mar. En la zona umbría hallamos la masa forestal de carrascas que cubre gran parte del bosque y que da nombre a la sierra, Carrascar d’Alcoi; allí vive también el roble, el fresno, el arce, el tejo, especies arbóreas a las que se añade un sotobosque de marfull laurifolio (durillo), heura (yedra), lligabosc (madreselva) y otras especies que hacen del Carrascar una de las mejores reservas valencianas de flora. La existencia de un bosque bien conservado y con diferentes unidades, permite la existencia de una fauna rica y variada en la que hay mamíferos como el porc senglar (jabalí), la geneta (gineta), la mostela (comadreja), el gat salvatge (gato montés) y diversas clases de ratpenats (murciélagos). Es lugar de nidificación del esparver (gavilán), que vive con el àguila perdiuera, el falcó, el mussol (mochuelo) y pájaros asociados a la formación boscosa como el pit-roig (petirrojo) o el pinsà (pinzón). También habita la tortuga de rierol, la serp de collaret, que halla su hábitat en la solana como otros reptiles. Entre los invertebrados debe mencionarse la mariposa Euphydryas desfontanii.

El parque natural de la sierra de Mariola, declarado en enero de 2002, es mucho más grande y se emplaza en los términos municipales de Agres, Alcoi, Alfara, Banyeres, Bocairent, Cocentaina y Muro. Su altura máxima es el Montcabrer (1.390) y también posee gran variedad de ambientes. Es notablemente rico en variedades vegetales. En su flora, en gran parte cubierta por pino carrasco y arbustos como la aliaga, el romero y la jara, presenta espacios para el bosque mixto mediterráneo donde se mezclan la carrasca y caducifolios como el fresno, el arce o el quejigo y arbustos como el durillo, la madreselva o el rusco. Pero sobre todo es de destacar la presencia del tejo (Teixera d’Agres) que constituye el bosque de tejos más meridional de Europa, y una variedad fascinante de más de 1.200 especies, muchas de ellas endémicas de la sierra y del País Valenciano, entre las que puede destacarse la salvia de Mariola, el rabo de gato, la manzanilla, el espliego, el té de roca… Su fauna también da cuenta de la variedad de ambientes de la sierra…

 

La tenacidad de los hombres

Pero lo que más sorprende es el paisaje humano. Todo buen observador se sorprenderá de cómo en tan duras condiciones naturales se ha formado y sobre todo ha persistido en el siglo XX y XXI una población con ciudades notables y una industria y servicios que retan a la geografía.

La población de la comarca sobrepasa los 181.000 habitantes (113.000 en L’Alcoià, 41.000 en la Foia y 27.000 en el Comtat) y en más del 70% está concentrada en las ciudades de Alcoi, Ibi, Cocentaina, Castalla, Muro, Onil y Banyeres. Alcoi, con más de 60.000 es la cabeza comarcal, seguida de Ibi, con casi 25.000, El resto de las citadas sobrepasa ligeramente o les falta poco para los 10.000. Estas ciudades son las que concentran la actividad económica y presentan un fuerte incremento demográfico en la segunda mitad del siglo XX, al compás del crecimiento industrial (excepto Alcoi que lo remonta al XVIII). Este crecimiento se ha visto nutrido principalmente por inmigrantes, muchos procedentes de Andalucía y La Mancha. Excepto estas poblaciones, que concentran más del 70 % de los habitantes, el resto son pequeños pueblos de unos cientos o un millar (Tibi y Beniarrés), generalmente regresivos, diseminados por las pintorescas sierras y valles. En el Comtat tenemos en la Valleta d’Agres, Alfara y Agres; en la Plana de Muro-L’Orxa, L’Alqueria d’Asnar, Benimarfull, Alcosser de Planes, Gaianes, Beniarrés y L’Orxa; en las montañas de Planes, Planes, Almudaina y Benillup; en la Vall de Seta y Travadell, Millena, Gorga, Balones, Quatretondeta, Benimassot, Fageca, Famorca i Tollos, y en la Vall de Penàguila, Benilloba, Benasau y Alcoleja. En L’Alcoià están los pueblos de Benifallim y Penàguila. En la Foia de Castalla, con los mayores núcleos, sólo está Tibi con casi 1.500.

La agricultura, pese a la rudeza del territorio, es dinámica: tradicionalmente hegemonizaba la trilogía mediterránea (cereal, vid, olivo), pero en el siglo XX se introdujeron notables cambios: ha crecido el olivo mucho, se han introducido almendros (entre ambos más del 60% de la superficie cultivada), se ha incorporado la nueva fruticultura, y ha disminuido la viña (hoy día recuperándose) y el cereal (ambas menos de un 25 %). Ello combina con pequeñas huertas que siguen los ríos y afluentes.

Las gentes de L’Alcoià, el Comtat y la Foia de Castalla han aprovechado los recursos disponibles intensivamente. Antes del siglo XIX, con trabajo e ingenio, elaboraron productos que aprovechaban todas las posibilidades que daba la tierra, que no eran excesivas: al cultivo de una agricultura con pocas llanuras y mucho bancal en terraza, se añadía la obtención de carbón vegetal, hornos para cal, neveros en las umbrías de las montañas, manufactura de cordeles, capazos, alpargatas, estoras, ladrillos, cerámica… No faltaban molinos harineros, almazaras ni lagares, pero sobre todo destacaba el aprovechamiento de la cabaña ganadera que, combinada con el agua y el batán, hizo posible la manufactura de la lana y la del papel, importantes en la comarca.

La manufactura de la lana se desarrolló con trabajo y el buen oficio de artesanos, al que se añadían vecinos de las ciudades y campesinos de los pueblos de las montañas circundantes que, para redondear su subsistencia, hacían partes del proceso de textiles u otras mercancías (juguetes) en su casa, bajo las directrices de un comerciante que les abastecía de materia prima, recogía el producto elaborado y pagaba por pieza. El putting-out system es un clásico en la comarca casi hasta hoy mismo. De este modo, imperceptiblemente, se iniciaba el camino a la producción para el mercado (y no sólo para la subsistencia familiar), lo que representó, en los siglos XVIII y XIX un cambio radical en las maneras de vivir de la comarca entera y poder desarrollar la industrialización. A los artesanos se añadían los trajineros y subastadores que carreteaban las mercancías de la comarca (paños, papel, alpargatas, alfarería, juguetes, etc.) y las vendían por otros lugares y, de retorno, traían productos foráneos que se vendían en las ciudades y pueblos de L’Alcoià, el Comtat y la Foia de Castalla. Una parte de los beneficios de todos estos negocios derivaron a mejorar la producción, tanto la artesanal como la agraria, especialmente en los llanos de las dos hoyas donde se podían establecer masías con una agricultura más avanzada que en los “torrumperos” de los pueblos situados en las montañas.

El desarrollo de estas artesanías hizo emerger a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX importantes industrias. Mientras en L’Alcoià y el Comtat, con Alcoi, Cocentaina y Banyeres principalmente se desarrolló la industria textil, en la Foia de Castalla se desarrollaron los juguetes (Onil y Ibi), así como la industria alimentaria, que supo aprovechar las tradiciones culinarias de la zona: almendras, miel, hielo de los neveros, aceitunas, entre otros ingenios como destilerías (cafè licor) o talleres de gaseosas.

La industrialización de Alcoi comenzó a finales del s. XVIII, lo que cronológicamente la hace casi coincidente con la inglesa. Se ayudó de un potente gremio que manufacturaba lana desde antiguo y, desde finales del XVIII, además, había creado una red de industria a domicilio ya aludida, Cuando se mecanizó el trabajo, después de les guerras contra Napoleón, provocó revueltas de los trabajadores a domicilio (1821). La gran diferencia entre la industrialización alcoyana y la inglesa era la energía de la que se servía: la hidráulica, que aprovechaba ríos como el Molinar –donde se instalaron las primeras fábricas–. Hasta 1832 no comenzaría a introducirse el vapor, que eludía el estiaje, pero exigía carbón que fue menester buscarlo fuera (la mina de lignito La Constancia era irrelevante). A la industria de la lana se añadieron, entre otros sectores, metalurgia, lino, papel… La introducción de novedades técnicas fue continuada: máquinas de hilar (1829), cardadoras (1842) y finalmente, en los 80, telares jacquard. En el siglo XX, la diversificación se abrió a otros sectores, principalmente el juguete (Ibi, Onil). Ni qué decir tiene que la transformación social que todo ello comportó fue de envergadura. Se formó una burguesía emprendedora y un mundo de trabajadores pronto concienciado que han imprimido carácter a la ciudad y a la comarca, visible si se pasea por sus pueblos y campos.

 

Marc Baldó Lacomba
Departamento de Historia Contemporánea
Universitat de València

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Fotos

Castillo de Margarida (foto Miguel Lorenzo).Castillo de Planes (foto Miguel Lorenzo).Embalse de Beniarrés (foto Miguel Lorenzo).Castillo de Cocentaina (foto Miguel Lorenzo).Castillo de Penella (foto Miguel Lorenzo).Castillo de Penella (foto Miguel Lorenzo).

Mapas

Citas

Joan Fuster (1971). Viatge pel País Valencià.

“La ‘burgesia’ alcoiana no es desenvolupava en condicions precisament còmodes. Tota la seva industria descansa –o gairebé- sobre un acte de voluntat. Res no afavoreix la subsistència: més aviat tot el contrari. No té a ma cap de les primeres matèries de què es val, i ha de portar-les de lluny. En aquell lloc, de més a més, no hi ha altra font d’energia natural que el riu i les seves breus cascades. I per a major obstacle les comunicacions tampoc no hi eren fàcils.”

Vicenç Maria Rosselló i Verger, V. M. (1984). 55 ciudades valencianas.

“Alcoi. … ocupa un inverosímil sitio de crestas y plataformas en la confluencia de cuatro o cinco arroyos encajados. Allí convergen los pasos que el Molinar orienta hacia Alacant, el Barxell hacia Banyeres y el riu d’Alcoi a València, mientras que el Molinar y el Cint también complican el difícil relieve de más de 550 m.s.n.m. Todo junto se convierte en un desafío a la geografía; en un lugar sin materias primas, con energía bien escasa y casi sin caminos, una loable obstinación humana ha hecho florecer una industria de transformación, con elevada tasa de valor añadido…”

Antonio J. Cavanilles (1797). Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia.

“Téxense al año 12.000 piezas de paños ó bayetones, 1.100 piezas de mantas ó cubrecamas de desperdicios de seda, 1.800 varas de lienzos ordinarios, 4.000 de bayetas, 1.300 de mantelerías y colonias; lo que rinde sumas tan considerables que en el hilado repartido en los pueblos vecinos gastan más de 100.000 pesos al año. Además de los brazos ocupados en cardar, hilar y texer las lanas, hay muchos en 14 batanes, en otros tantos tintes de lanas, 18 prensas, y 33 molinos de papel, que producen al año 100.000 resmas.”

“Viven en el Condado muy cerca de 2.000 vecinos, casi todos en Concentayna y Muro, y apenas 300 en los demás pueblos, que son cortas aldeas, donde se reúnen algunos para cultivar cómodamente sus posesiones… Las viñas, los olivos, las higueras, y tal qual almendro, como también dilatados sembrados ocupan el terreno que el riego no puede fecundar: las moreras, los frutales, los maíces, alfalfas, trigos y hortalizas adornan las huertas.”

“En el término de Onil brotan por varios ojos y fuentes las aguas que reunidas muy pronto en riachuelo corren de noroeste a sudeste, y aumentadas con las que bajan de Ibi y Tibi van al pantano, y de allí a la huerta de Alicante.”

Bibliografía

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