Paisajes de los humedales

La Marjal de Pego-Oliva

Entre la restinga y los naranjos, la marjal

La marjal de Pego-Oliva, localizada en una ensenada entre las sierras de Mostalla y de Segària, constituye el humedal costero más meridional del golfo de Valencia. Se trata de un espacio mixto, construido a partir de procesos geomorfológicos y de una acción antrópica no exenta de conflictos. La riqueza ecológica y el excepcional sistema hidrológico del marjal han propiciado una mayor sensibilidad ambiental y la declaración de 1.290 hectáreas como espacio protegido, tanto a escala autonómica como europea.

 

La formación de un sistema de restinga-albufera

En el litoral valenciano, la formación de humedales y marjales a partir del progresivo aislamiento del espacio de una antigua albufera, por un cordón dunar o restinga, es un proceso frecuente. El origen de la marjal de Pego-Oliva lo hallamos en un área subsidente, una suave plataforma e importantes acarreos continentales aportados por las escorrentías. Estructuralmente, la zona se encuentra ligada a la periferia de los relieves béticos. Coincide con un sinclinal o amplia depresión, que se desarrolla sobre materiales miocenos, el cual es atravesado por distintas fracturas, que han motivado un escalonamiento en graderío hacia el mar.

El mecanismo natural de todo sistema albufera-restinga es el de la desaparición a medio plazo de la lámina de agua o laguna, por los aportes sedimentarios aluviales y coluviales; sin embargo, algunos de estos espacios han conseguido un equilibrio hidrodinámico, que permite la perdurabilidad de las láminas de agua, asociada a periodos de abundantes precipitaciones. Es el caso de la marjal de Pego-Oliva, donde una serie de factores han favorecido su funcionalidad y pervivencia: el hundimiento del área, una reducción de los aportes sedimentarios y un importante aporte de aguas subterráneas.

La marjal de Pego-Oliva arranca con el aislamiento cuasi total de una albufera del mar, a partir de la edificación de una restinga o barrera formada por materiales arenosos, cantos y gravas movilizados por la dinámica litoral. La orla montañosa que enmarca al marjal, mediante escorrentías como las de los ríos Bullent y Racons, aporta los sedimentos que progresivamente han ido impermeabilizando y colmatando el espacio lagunar. Son las desembocaduras de estos ríos las que actúan a modo de goles o desagües, conectando el área inundada por los aportes de numerosas fuentes, ullals y escorrentías, con el mar. Esta escasa conexión entre el área inundada y el mar dificulta el drenaje de la marjal, así como el dragado natural de los sedimentos.

 

Los distintos ecosistemas del humedal

A pesar de que cuando hablamos de la marjal de Pego-Oliva solemos ceñirnos al área inundada y al arrozal inmediato, el conjunto geoecológico que conforma este sistema restinga-albufera, presenta distintos ambientes o ecosistemas. Éstos comprenden tanto ambientes marinos como continentales, pasando por espacios transicionales muy singulares. Desde el interior hacia la costa, el primer ambiente que explica la marjal es la orla montañosa que enmarca el espacio del humedal. El tipo de roquedo y las abundantes precipitaciones que se registran en el área favorecen los procesos cársticos, la recarga de los acuíferos y la organización de la red de drenaje, elementos fundamentales para el aporte sedimentario y el afloramiento de agua en els ullals de la marjal. La cubierta vegetal de las sierras que rodean la marjal es rala, compuesta por un mínimo tomillar que deja al descubierto el escaso suelo y la roca madre.

Descendiendo hacia el llano un segundo ambiente es el constituido por los abanicos y conos aluviales; estamos ante depósitos sedimentarios edificados por los ríos Gallinera, Girona y Bullent y por los barrancos de Benituba, Benigànim y Tarco, que se instalan en la base de las sierras y sobre los que se ubican un intenso parcelario agrícola dedicado a los cítricos, y el casco urbano de Pego. El siguiente ambiente es el formado por el llano de inundación sobre el que se instala la marjal. Se muestra como un espacio de carácter palustre por los afloramientos de aguas subterráneas de un nivel freático próximo a la superficie. El nivel de la lámina de agua queda condicionado por las variaciones pluviométricas estacionales, que influyen en los niveles freáticos de los acuíferos. La marjal presenta una gran riqueza y diversidad ecológica, convirtiéndose en un refugio para la avifauna. Las comunidades vegetales varían en función de la estacionalidad de la lámina de agua, de su profundidad y de la calidad de las aguas. Las más características son las comunidades de vegetación acuática flotante (Lemnetea minoris), las comunidades de vegetación sumergida como Potamogeton pectinatus, Ranunculus baudotii o Utricularia vulgaris y las comunidades de vegetación helofítica como Phramites australis, Thypha angustifolia, Scyrpus lacustris, Cladium mariscus, Apium nodiflorum y Sparganium erectum.

El último de los ambientes que caracteriza a la marjal de Pego-Oliva es la restinga litoral, formación sedimentaria, compuesta por arenas, gravas, limos y arcillas, que separa la antigua albufera (ahora marjal semiinundada) del mar. Conforma una amplia barrera de 9 km de largo y 15 de ancho, en la que se diferencian tres subambientes: la llanura de restinga, el cordón dunar y la playa.

La variedad de ambientes ha propiciado la aparición de distintos hábitats. La especie acuática valenciana por excelencia, el samaruc (Valencia hispanica), tiene aquí una de sus mejores poblaciones naturales. Asimismo nidifica una rica avifauna con especies como la Ardea purpurea, Marmaronetta angustirostris, Porphyrio porphyrio, Himantopus himantopus, Ixobrychus minutus, y Fulica atra como más destacados.

Los valores ecológicos de este humedal ha motivado su inclusión en el Convenio Internacional Ramsar; es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) desde 1994, y fue declarado por el gobierno valenciano como Parque Natural.

 

La marjal de Pego-Oliva: espacio de uso, espacio de conflicto

No podemos comprender completamente el paisaje de la marjal de Pego-Oliva sin considerar la intervención humana. Aunque las áreas pantanosas han sido consideradas por el hombre como entornos hostiles, existen elementos que permiten corroborar la presencia antrópica desde antiguo. En época andalusí, los musulmanes introdujeron el cultivo del arroz en la marjal. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII cuando se experimentó un proceso de transformación importante, a cargo de la actividad agrícola. Las acciones pueden resumirse en el control de los niveles del agua y en la progresiva desecación del humedal. Para el cultivo del arroz se diseñó un sistema de riego con su característica red ortogonal de acequias y canales. Otros usos de la marjal han sido como zona de pasto para el ganado, la pesca en los ríos Bullent y en los ullals y la artesanía a base de las cañas del humedal.

El cultivo del arroz, supuso la creación de un nuevo paisaje, un paisaje cultural que se ha ido manteniendo a lo largo del siglo XX. Pero la pérdida de rentabilidad del arroz ha inducido a los agricultores a cultivar hortalizas y frutales, lo que ha supuesto un conflicto por el intento de desecación del humedal. En las últimas décadas y a pesar de haber sido declarado Parque Natural en 1994, la marjal de Pego-Oliva ha experimentado funestas transformaciones ligadas a la desecación y a la puesta en cultivo de las tierras, quedando afectadas el 70% de las zonas húmedas y alterando el ciclo de nidificación de aves migratorias. Otros riesgos que amenazan al paisaje de la marjal son los ligados a la contaminación de las aguas y a los procesos de urbanización de la restinga.

 

Jorge Hermosilla
Emilio Iranzo
Departament de Geografia
Universitat de València

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Fotos

La marjal de Pego-Oliva (foto Miguel Lorenzo).Canales de irrigación en la marjal de Pego-Oliva (foto Miguel Lorenzo).La marjal de Pego-Oliva (foto Miguel Lorenzo).Cultivo del arroz en la marjal de Pego-Oliva (foto Miguel Lorenzo).Canal de irrigación en la marjal de Pego-Oliva (foto Miguel Lorenzo).Vista aérea de la marjal de Pego-Oliva (foto ESTEPA).La marjal de Pego-Oliva (foto Miguel Lorenzo).

Mapas

Citas

Joan Fuster (1971). “Viatge pel País Valencià”

“Com a vall, la de Pego és més ampla i pacífica que qualsevol altra d’aquestes contrades. I més feraç també. La forma el riu Bullent, i a penes alterada arriba fins a la vora mateixa de la mar, cenyida l’esquena per un amfiteatre de muntanyes serrades i verdejants. Pego, amb 9.000 habitants, cultiva secans de garrofer i olivera, i regadius d’horta, de taronger
i fins i tot d’arròs...”

Bernat Artola Tomàs (1983). Obres completes. Volum primer.

“Prop de la costa
(terra d’ullals)
alta la brosta
puja l’alfals.
Creix la morera
i el ginjoler;
la bresquillera
i el magraner.
L’aigua dormida
verda de llim,
rep la fugida
de l’escorrim.
Galta molsuda
la dels codonys,
groga i batuda,
plena de bonys,
veu la derrota
del samaruc
quan la granota
li furta el cuc.
I al verd paisatge
ple d’humitat,
baix un celatge
dramatitzat,
una esperança
d’anguila i peix
balla la dansa
que crema el greix […]”

Bibliografía

ALMERICH, J. M., CRUZ, J. Y TORTOSA, P. (2003).

Espais Naturals del Litoral Valencià, Alzira, Edicions Bromera. 141 p.

BALLESTER, A. et al. (2003).

Parques Naturales de la Comunitat Valenciana, Barcelona, Lunwerg Editores.

VIÑALS, M. J. (1991).

Evolución geomorfológica de la marjal de Oliva-Pego (Valencia), Universitat de València, Facultat de Geografia i Història.

VIÑALS, M. J. (1996).

El marjal de Oliva-Pego (Valencia): geomorfología y evolución de un humedal costero mediterráneo, València, Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente, 1996. Vivessen.