Paisajes de montaña y forestales

El Carrascal de la Font Roja

El bosque clímax valenciano

El Parque Natural del Carrascal de la Font Roja se encuentra situado en la sierra del Menejador, en la comarca del Alcoià, en los términos municipales de Alcoi e Ibi (Coordenadas: 38o38’51’’N 0o32’46’’O). Tiene una superficie de 2.298 ha, destacando como puntos más elevados, la cumbre del Menejador (1.356 m) y el alto de la Teixereta (1.339 m.). Tiene un carácter especialmente abrupto en su zona central, con pendientes que superan el 45%, frecuentes de barrancos en cada una de las vertientes. A los pies de la sierra la pendiente disminuye, para conformar los valles de Polop, al norte, y la hoya de Castalla, al sur.

El macizo está compuesto por rocas calizas del periodo terciario. También presenta zonas con arcillas triásicas del Keuper, notables por su color rojizo, en las cuales nace un manantial que es el que da nombre al parque.

 

El clima

El parque presenta un clima mediterráneo con influencias continentales y de alta montaña. La orientación NE-SO de la sierra define dos unidades climáticas diferenciadas:

• Vertiente norte y valle de Polop: Clima de tendencia continental, con marcado frío invernal. El verano coincide con un fuerte periodo seco. En las partes altas de la sierra se acentúa el frío invernal y se reduce la aridez estival, permitiendo el desarrollo de comunidades vegetales de carácter más húmedo. En general, la fachada norte se caracteriza por una primavera e invierno lluviosos, una pluviosidad mínima en verano y un máximo en el otoño.

• Vertiente sur y hoya de Castalla: Caracterizado por ser un clima seco y árido, a sotavento de los vientos húmedos del NE y en solana. Con precipitaciones escasas y un verano seco muy acentuado.

En la zona del Santuario, se estima que la precipitación media anual puede llegar a los 750 mm., generalmente en forma de lluvia, si bien, es frecuente la presencia de nieve en los meses de invierno. En los meses de otoño e invierno resulta muy frecuente la criptoprecipitación en forma de nieblas y rocío, que supone a la vegetación un aporte adicional de agua. La temperatura media anual en la zona del Santuario es de 11-13ºC.

 

Paisajes vegetales

El Parque Natural del Carrascal de la Font Roja es un área de alto valor ecológico y paisajístico, unos de los enclaves en el que todavía se conserva la vegetación que antaño cubriera gran parte de las montañas del este peninsular, el bosque mixto mediterráneo. Junto a este tipo de bosque se desarrollan otros ecosistemas no menos interesantes que se extienden por otras áreas de la montaña, definiendo un paraje de singular biodiversidad.

 

Bosque de caducifolios

En los rincones más sombríos y húmedos de la cara norte y por encima de los 1.250 m de altitud, se disponen bosquetes de caducifolios compuestos por el quejigo o roble valenciano, el fresno, el arce, el tejo, etc. El interés biogenético de las plantas que forman este bosque y su carácter relíctico en el territorio valenciano, le confieren un alto valor conservacionista.

 

Carrascal de umbría

Entre los 600 y 1.250 m de altitud se encuentra el bosque de carrascas (Quercus ilex), que se enriquece con plantas caducifolias como el fresno o el arce, y marcescentes como el quejigo o roble valenciano (Quercus faginea ssp. valentina) en las zonas más frescas y umbrías. El sotobosque del carrascal abunda en diversidad y número de especies como la hiedra (Hedera helix), la madreselva (Lonicera implexa y L. etrusca), la rubia (Rubia peregrina). También aparecen arbustos de gran envergadura como el durillo (Viburnum tinus) y otros de menor porte como el rusco (Ruscus aculeatus). Los musgos y líquenes, por su parte, se encargan de tapizar la corteza de los árboles y las rocas. En las zonas más aclaradas dentro del bosque, se encuentran especies como el espino albar (Crataegus monogyna) o el rosal silvestre (Rosa sp.).

 

Matorral de solana

Se trata de un matorral con carrascas dispersas, debido a la mayor insolación y sequedad. Las especies que comúnmente aparecen en esta unidad son las siguientes: el piorno azul o el cojín de monja (Erinacea Anthyllis) a partir de los 900 m de altitud, la salvia de Mariola, aliagas (Genista scorpius y Ulex parviflorus), y tomillo (Thymus vulgaris), especies que dotan a todo esta área de un alto valor ecológico y paisajístico. También destaca la presencia de gramíneas que representan la diferencia principal entre el matorral de solana y el de umbría.

 

Vegetación rupícola

En los taludes, cingles y cortados frecuentes en la umbría del Menejador están presentes plantas adaptadas a la escasez de suelo, como el botón azul (Jasione foliosa), la Potentilla caulescens, etc. Otras aprovechan el escaso suelo que se acumula sobre grietas y repisas como los helechos, musgos o la consuelda (Saxifraga corsica ssp.cossoniana).

 

Vegetación de runares

Sobre todo en la umbría destaca la presencia de canchales. Se trata de zonas de acusada pendiente que aparecen cubiertas de piedras, como consecuencia de la acción continuada del hielo que provoca la fractura de la roca. Un medio inestable en el que son capaces de desarrollarse algunas especies como el guillomo (Amelanchier ovalis), el arce (Acer opalus ssp. granatense) o el fresno de flor (Fraxinus ornus), entre otras.

 

Pinares

En las cotas más bajas de la sierra, en aquellas zonas donde el carboneo y la extracción de madera de carrasca han sido intensos, el carrascal ha sufrido una fuerte degradación. Los pinares de pino carrasco actualmente existentes, son en gran parte el resultado de repoblaciones efectuadas sobre antiguas zonas de carrascal.

 

La vegetación de ribera

El río Polop que constituye el límite norte de la sierra del Carrascal, aporta sus aguas, con un caudal variable según las estaciones, originando un ambiente muy singular. Destacan parajes como Els Canalons donde el río se encajona entre paredes rocosas dando lugar a numerosas pozas, al erosionar el lecho por el que discurre. Se distinguen bandas de vegetación paralelas a ambos lados del río según el gradiente de humedad. Primeramente, nos encontramos el carrizo (Prhragmites autralis) que mantiene sus raíces sumergidas en el agua. Los sauces (Salix angustifolia y S. atrocinerea), ocupan tramos donde la corriente es más fuerte aunque el caudal no sea siempre permanente. A continuación se disponen los álamos (Populus alba) y los chopos (Populus nigra), árboles de hoja caduca que requieren un alto grado de humedad pero no soportan encharcamientos permanentes. Por último, sobre suelos frescos pero no cubiertos por agua se sitúan los olmos (Ulmus minor) que contactan con la vegetación climácica del territorio.

 

Cultivos

La orografía de la sierra del Carrascal de la Font Roja no permite la existencia de grandes extensiones de cultivos. A medida que desciende la sierra hacia el valle del río Polop y la Foia de Castalla, donde la pendiente es más acusada, el terreno cultivado se ordena en bancales. Muchos de ellos han sido abandonados desde hace décadas, y la vegetación forestal ha ido recolonizándolos paulatinamente. Olivos, almendros y cereales, en las partes más llanas del valle, constituyen los principales cultivos que se extienden a los pies del Carrascal.

 

Fauna

La presencia de un determinado tipo de fauna está condicionada por las características ambientales y la disposición de alimento, pudiendo asociarse los distintos grupos de fauna con formaciones vegetales. En la actualidad, el jabalí es el mamífero superior más numeroso del Carrascal de la Font Roja. Otros mamíferos presentes son el Gato montés, la Gineta, la Garduña, la Comadreja o el Tejón. Entre las aves están presentes especies como el Petirrojo, el Águila perdicera, el Búho real, el Halcón peregrino, el Gavilán, el Azor, el Águila real, el Cárabo o el Buitre leonado.

La vegetación que hoy forma parte del Carrascal de la Font Roja, es el resultado de centenares de años del desarrollo natural del bosque mediterráneo, acompañado de importantes acciones humanas sobre el medio. Fue declarado Parque Natural en 1987, pero ya en el siglo XIV, el Consejo de Alcoy dictó normas para la protección del paraje con la intención de regular su uso, reconociendo la importancia del bosque como un recurso y fuente de riqueza para los carboneros, leñadores, caleros, maseros, etc. Pero, sin duda, fue el descubrimiento, en 1653, de los lirios “milagrosos” con la imagen de la Virgen esculpida en el bulbo, el acontecimiento que marcaría el respeto y la admiración popular por este paraje.

 

Historia

No podemos separar el paisaje actual del Carrascal de la Font Roja de la actividad humana a lo largo de la historia.

En la actualidad, los hábitats humanos se centran en las masías, localizadas principalmente a los pies de la sierra, coincidiendo con los terrenos más llanos y más propicios para la agricultura. La Font Roja ha conocido el trasiego de leñadores, carboneros, canteros, pastores, cazadores, gentes dedicadas al comercio de la nieve o a la obtención de cal, guardas, maseros y ermitaños; personas que han contribuido a establecer relaciones entre la montaña y la ciudad. La edificación del hotel y de los chalets, a partir de los años veinte del siglo XX, convirtió la Font Roja en un sitio de veraneo muy frecuentado y habitado durante los meses de estío por unos colonos que ocasionaron un impacto sobre este paisaje.

La obtención de leña, madera y carbón han sido las principales actividades económicas de la zona, regidas todas ellas por un ciclo estacional, puesto que la tala de árboles y la limpieza del bosque se hacía preferentemente durante el invierno.

El Carrascal, así como otras sierras de alrededor, ha sido fuente de abastecimiento de energía calorífica para las ciudades. Se extraía madera y leña para combustible de hornos tanto domésticos como industriales; antiguamente las cocinas y los hogares domésticos utilizaban carbón y leña como combustible, cuya demanda motivó que se dictasen medidas proteccionistas, de las cuales la más antigua que se conoce data de 1332, y dice así: Establiren e hordenaren (sic) que nenguna persona no gos tallar … carrasca, ni freixe en la Teixeda, sinó per a obs de lenya o a cobrir cases, en pena de LX sous. 

Otro dato documental del año 1499 hace referencia a que las autoridades locales prohibieron fer carbó en laTeixeda de la dita vila … … i tallar fusta. 

En el año 1547 se dictan normas y se imponen penas respecto a los incendios. Posiblemente estas medidas proteccionistas debieron tener mucho que ver con antiguos privilegios a favor de la Marina Real, que se reservaba los mejores ejemplares de árboles del Carrascal para las naves que se construían en Cartagena.

La producción de carbón vegetal fue también una actividad ampliamente desarrollada en el Carrascal hasta mediados del siglo XX. Aunque se aprovechaba cualquier tipo de leña para hacer carbón o cisco, la carrasca ofrecía mejor rendimiento por lo que respecta al peso y a la densidad de este combustible de origen vegetal. Todavía hoy se pueden identificar algunas antiguas carboneras que aparecen distribuidas por diferentes áreas, principalmente junto a los caminos que atraviesan el paraje.

En la Font Roja también ha habido explotaciones de aprovechamiento mineral dada la existencia de un potente sustrato calcáreo lo que posibilitó la extracción de de piedra “tosca” de unas canteras abiertas en la base del monte de Sant Antoni (pedreres de Cantagallet), así como otras de mármol. De esta última explotación en una guía de Alcoy de 1925, se cita: “… en la ladera de San Antonio (Mas del Pinar) se han encontrado hermosos mármoles anaranjados, muy duros y cristalinos”.

Estas explotaciones eran reguladas por el Ayuntamiento de Alcoy mediante un Reglamento para el régimen y aprovechamiento de canteras en los montes Carrascal, San Cristóbal y San Antón, propios de esta Ciudad de Alcoy, del que conocemos la edición impresa del año 1902.

A inicios de los años veinte del siglo XX, la necesidad de extraer materiales para la construcción de los edificios de la Font Roja originó, aunque de forma ocasional, la explotación de una cantera que todavía hoy se puede observar en las proximidades de la Font dels Xops. También es posible que se utilizaran los yesos del afloramiento triásico del Pla de la Mina, donde la evidencia de antiguas extracciones todavía es visible.

Pero de todas las explotaciones de tipo mineral, la obtención de cal es una de las actividades económicas de montaña más característica, y la que nos ha dejado el testimonio de las caleras u hornos de cal. El proceso de obtención de la cal consistía en llenar un horno o calera con piedra caliza, formando una estructura de piedras que dejaba una cámara o cúpula en su base, para formar el cul del forn u olla (caldera) donde se introducía la leña para calcinar la piedra, a unos 1000ºC, hasta transformarla en óxido cálcico. Después se dejaba enfriar antes de deshornar la piedra, obteniéndose un polvo o cal blanca que se podía utilizar para la construcción, para blanquear las paredes de la casa, para desinfectar el agua del aljibe, etc. En la sierra del Carrascal se identifican restos de hornos en las inmediaciones del Barranc de l’Abellar, y varios en terrenos del Mas del Baró. En el Pla de la Mina podemos observar un horno de cal, construido recientemente con finalidad didáctica y experimental.

El impacto antrópico sobre el paisaje en las áreas de montaña tiene su máximo exponente en la transformación y la roturación de las tierras para su cultivo. Las tierras cultivadas se explotan en fincas diseminadas por el parque, donde los bancales ocupan las zonas más óptimas. Con respecto a la parcelación del espacio de una de estas fincas, se pueden distinguir las zonas de bosque para pastoreo de ganado y para el aprovechamiento de leña, y también los campos para el cultivo, que configuran un paisaje de muros y márgenes, típicos de la agricultura de secano. Los masos son las construcciones antiguas ligadas a la explotación. Sin embargo, el aprovechamiento agropecuario en el parque no es relevante, debido a las rigurosas condiciones climáticas y al carácter agreste del terreno, que han dificultado los cultivos en las cotas más elevadas de la sierra. Esto ha facilitado que la mayor parte de las tierras cultivadas se encuentren fuera de los límites del parque, donde el clima se suaviza y el relieve se hace más llano.

Además de los masos destacan, en la cumbre del Menejador, otras construcciones de alto valor arquitectónico y también etnológico; son las cavas o pozos de nieve. Durante el siglo XVIII, el comercio de la nieve jugó un importante papel en las comarcas de la montaña, que propició el nacimiento de la industria heladera en Jijona y otros municipios próximos. Testimonio de este comercio son las seis cavas que todavía encontramos en este parque natural: Pou del Barber, Cava de Coloma, Pou de l’Anouer, Cava Simarro, Cava del Canyo y Pou del Canonge.

 

Elena Grau
Departament de Prehistòria i Arqueologia
Universitat de València

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Fotos

Santuario de la Font Roja (foto Miguel Lorenzo).Vista aérea del Santuario de la Font Roja (foto ESTEPA).Vista aérea del carrascal de la Font Roja (foto ESTEPA).Laderas de la Sierra (foto Miguel Lorenzo).Laderas de la Sierra (foto Miguel Lorenzo).Santuario de la Font Roja y Valle de Alcoi (foto Miguel Lorenzo).Réplica de una carbonera (foto Miguel Lorenzo).El Carrascal de la Font Roja (foto Miguel Lorenzo).El Carrascal de la Font Roja (foto Miguel Lorenzo).Fuente de la Font Roja (foto Miguel Lorenzo).El Carrascal de la Font Roja (foto Miguel Lorenzo).Valles de Alcoi (foto Miguel Lorenzo).

Mapas

Citas

Francisco Figueras Pacheco (1920-1927). Geografía General del Reino de Valencia de Carreras Candi.

“Los campos alcoyanos, pródigos en agua y por consiguiente en vegetación son muy pintorescos y abundantes en amenos lugares adecuados para agradable paseo. Figura entre ellos el llamado la Font Roja, manantial de frescas y purísimas aguas que brota en las faldas del Carrascal, y que es célebre por la tradición de los lirios entre espinas, milagro ocurrido en el siglo XVII.”

Ovidi Montllor (cantautor alcoyano).

"Eiximeneres trauen en prova de treball d´un poble que l´ofeguen i que no mataran: el meu poble Alcoi. I encara té una font roja i fresca tostemps; com ella dóna vida la primavera mou al meu poble Alcoi".

Bibliografía

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