Paisajes y acciones estratégicas

Alto Turia

Se entiende por Alto Turia al recorrido que realiza el río Turia en su entrada en la Comunidad Valenciana por el municipio de Aras de los Olmos, en la comarca de los Serranos. El nombre obedece más a su condición abrupta y montañosa cuando penetra el río en la provincia de Valencia que a su verdadera localización, si se tiene en cuenta su recorrido completo, pues en realidad el sector se encuentra en el curso medio del Turia. En su conjunto, el río atraviesa los términos de Aras de los Olmos, Titaguas, Benagéber, Tuéjar, Chelva y Calles, hasta su confluencia con el río Tuéjar, ya en Domeño.

El Alto Turia designa también un marco territorial muy definido pues, administrativamente, identifica un conjunto de cinco (a excepción de Calles) de los seis municipios anteriormente citados, que desde hace ya treinta y un años forman una subcomarca dentro de la comarca de los Serranos, y cuyo nombre obedece precisamente a esa identificación topográfica del río en su entrada en la provincia. Todos ellos son atravesados por el río y, sobre todo, por el río con unas características ambientales y geomorfológicas muy feraces que ha dejado huella en la historia y personalidad de sus gentes.

Si se toma como marco geográfico, ambas acepciones de Alto Turia (la que identifica el río encañonado con sus hoces y la subcomarca administrativa) se identifican entonces distintos ambientes contrastados y de gran interés como son un relieve abrupto e intrincado definido por una compleja red de drenaje que vierte hacia el Turia, la existencia en las zonas montañosas de grandes masas forestales con composiciones florísticas singulares, los sistemas de cultivos entre los que destacan sobre todo un conjunto de vegas de regadío tradicional muy características construidas en el principal y último afluente del Turia en el sector, el río Tuéjar (también Chelva) y un modelo de poblamiento que, imbricado entre esa superficie de riego, mantiene todavía hoy en día la esencia medieval tradicional.

La importancia medioambiental de los cañones del río Turia ha quedado reflejada en su inclusión como Lugar de interés Comunitario (LIC) de la Unión Europea en el listado de la Comunidad Valenciana bajo el nombre de Alto Turia. Es más, parte de las tierras circundantes al mismo gozan también de ese reconocimiento debido precisamente a las características singulares de esos espacios (LICs Sierra del Negrete y Sabinar de Alpuente).

El conjunto de municipios del Alto Turia guardan en común vínculos históricos. Titaguas y Aras de los Olmos pertenecían al término general de Alpuente, del que se segregaron 1728 y 1729, respectivamente. Tuéjar, Chelva, Benagéber y Calles eran parte integrante de los nueve municipios del Vizcondado de Chelva. Este devenir común también se ve reflejado en su pasado musulmán, excepción hecha del actual pueblo de Benagéber que se levantó de nueva planta al ser inundado el antiguo por las aguas del pantano. Junto a su posterior cristianización, todos ellos han ido acumulando en sus núcleos de población una serie de estructuras urbanas y edificios monumentales con valor identitario, además de arquitectónico y patrimonial.

 

El cañón del Turia, una seña de identidad

Un paso angosto rodeado por ambientes contrastados. Es una estrecha escisión iniciada aguas debajo de la confluencia del río Arcos con el Turia poco antes de que este último entre en tierras valencianas. A partir de la confluencia, el río circula encañonado a lo largo de aproximadamente setenta kilómetros, de los que sólo algo más de un kilómetro están en tierras castellano manchegas, hasta llegar a la población de Chulilla. Durante su recorrido la continuidad del cañón es interrumpida por un par pequeños remansos (el del Molino del Marqués y el de Puente Alta), la presencia del Barchel una zona de surgencias de agua de interés ambiental, y vadeado en siete puntos (en el puente del Marqués, en la población de Zagra, por la carretera CV-390 en el pantano de Benagéber, en el puente Barraquena, por la carretera CV-3980 en las casas de Puente Alta, por la carretera CV-3970 y por la carretera CV-3960 en la cerrada del embalse de Loriguilla).

Las paredes del cañón están continuamente festoneadas por un sinfín de barrancadas de muy corto recorrido, pero al río también llegan ramblas y barrancos de mayor entidad que drenan los abruptos terrenos circundantes, tanto desde las partes altas de la comarca de los Serranos, por su margen izquierda: Barranco de la Araña, Barranco del Regajo, Barranco de Canales y el Río Chelva (también Tuéjar: el tributario de mayor entidad por su importancia hidrológica como también social y económica, pues sobre él están asentadas las poblaciones de Tuéjar, Chelva y Calles); como por su margen derecha, desde de las tierras cercanas a Sinarcas, la Sierra de Utiel y la Sierra del Negrete: el Regado de Borbón, Barranco de San Sebastián Barranco de los Visos y Barranco de Tuesa.

 

El transporte de madera, una relación intensa del hombre con el río

“En Chelva el oficio de ganchero podemos considerarlo como una actividad a tiempo parcial. Con el comienzo del año, los chelvanos abandonaban su pueblo y partían hasta la alta Sierra de Molina en Cuenca. Una vez allí, en los meses de febrero o marzo, con el deshielo y la crecida de los ríos, comandados por el Maestro de río y provistos de su herramienta de trabajo, el varagancho o bichero, ponían en marcha la maderada rumbo hasta su destino final, Aranjuez”.
“Los gancheros de Chelva eran más valorados que los de otras poblaciones, pues las conducciones de “palos” (troncos) por ríos como el Júcar, era bastante más arriesgada que conducir la maderada por el río Tajo.”
José Martí Coronado (2009). «Maderadas y Gancheros», un relato sobre la historia de la maderada.

Durante siglos acarrear troncos a través de los ríos era prácticamente el único medio que permitía la salida de grandes volúmenes de madera y con cierta rapidez desde las zonas boscosas donde se producían ejemplares de calidad para satisfacer la demanda nacional. Junto con el Tajo, el Guadalquivir, el Júcar o el Mijares, El Turia fue también uno de los ríos de transporte de España. La madera que se extraía de la Serranía de Cuenca era de tal calidad que se facilitó su salida a través de los ríos Tajo, Cabriel y Júcar, pero también a lo largo del Turia. En todos ellos su transporte era arduo y arriesgado, de manera que se necesitaban personas con oficio y muy experimentadas, los gancheros. A pesar de que se ha considerado que la navegación por el Júcar era más dificultosa, el paso por los estrechos cañones que se forman en el río Turia hasta el salto de Chulilla alcanzaba dimensiones épicas en algunos de los relatos históricos, de tal manera que los naturales de Chelva gozaban de un prestigio por encima del resto de los del mismo oficio.

La de ganchero fue un profesión de dedicación temporal, sobre todo desarrollada durante los meses de invierno, Un trabajo que, a pesar de su extinción empujada por las nuevas formas de transporte, ha perdurado, más allá de su actual percepción con tintes heroicos, en una cultura reflejada también en la corte de nombres relacionadas con la estructura y organización del trabajo y con las tareas que realizaban los gancheros. Hoy en día todavía queda en la memoria la gran aventura de aquellos hombres intrépidos que transportaban “los palos” desde el interior peninsular hasta la ciudad de Valencia a través del Turia.

 

El aprovechamiento de los recursos hídricos

“Sirven primeramente para regar la gran huerta de Tuexar, que pasa de 30 tahullas; y quando llegaron al sitio llamado los Chorros de Tuexar, las conducen los de Chelva por canales, unos de madera y otros excavados en los cerros. Hállanse las aguas a mucha altura al salir de Tuexar, y por eso pueden los Chelvanos guiarlas por las cumbre de sus cerros, y distribuirlas desde allí por los campos dispuestos en gradería. Además de estas aguas tienen los de Chelva un caudal considerable en las copiosas e innumerables fuentes que nacen dentro de su huerta, cuyo solo caudal forma un riachuelo que al noroeste de la villa, y casi lamiendo los edificios entra en el que viene formando desde Tuexar, conocido luego con el nombre de río de Chelva”.
Cavanilles (1797)

Relatos, crónicas y restos arqueológicos muestran los distintos intentos por aprovechar los abundantes recursos hídricos provenientes tanto de las aguas superficiales como de las surgencias subterráneas. El acueducto de Peña Cortada es una de las primeras grandes obras de la ingeniería hidráulica que se construyeron en el Alto Turia. Al parecer los romanos intervinieron en ella intentando traspasar el agua desde el río Tuéjar a un destino todavía hoy desconocido. De dicha obra ha quedado un conjunto constituido por los acueductos tipo puente y las excavación en la piedra que a lo largo de aproximadamente 30 kilómetros va atravesando los términos de Tuéjar, Chelva, Calles y Domeño.

En la actualidad, los pantanos de Benagéber y Loriguilla son las dos grandes obras más significativas y de envergadura que se encuentran sobre el mismo río. El de Benagéber es algo más que un embalse de agua, es también un registro vivo de la historia de la política hidráulica de nuestro país. Su construcción tuvo un período largo de diseño y otro todavía más dilatado de construcción definitiva. Su ejecución atravesó distintas etapas políticas que pueden fácilmente identificarse con los nombres que se le fueron dando: pantano de Blasco Ibáñez al iniciarse su obra en 1933, Pantano del Generalísimo tras su inauguración en los años 50 del siglo pasado y, ya en nuestros días, Benagéber. Habida cuenta de que una construcción de esas dimensiones obligaba al empleo de un número considerable de personas de distinta especialización, la finalización del pantano llevaba asociada el levantamiento de un conjunto de edificaciones auxiliares que hicieran posible el día a día, tanto de la obra como de las personas que en ella se empleaban, de tal manera que todavía puede verse en las inmediaciones del pantano parte de los talleres, de la cementera y del poblado que fueron necesarios para llevar a cabo la obra. Además de para abastecimiento de los riegos de la Huerta y de la propia ciudad de Valencia, la construcción de un canal que sale del mismo pantano permitió la ampliación de la zona regada en el Bajo Turia.

Salvo algún pequeño vestigio de tierras de riego localizadas en el mismo río Turia como el pequeño espacio formado por las acequias Rento, Benito, Aguachares y Molino Marqués en Aras de los Olmos, el paisaje histórico de las huertas construido con las aguas del río Chelva es característico en el Alto Turia. De medianas dimensiones, desde su nacimiento va organizándose a través de un sistema de canales y acequias que construyen, además de las vegas alrededor de las poblaciones de Tuéjar, Chelva y Calles, un auténtico catálogo de elementos patrimoniales asociados con el transporte, almacenamiento y usos del agua. Entremezclados con las huertas se encuentra un patrimonio de elementos propios (balsas, acueductos, molinos, norias, abrevaderos, azudes, aljibes) que mantiene las señas de identidad y da significado a la estructura hidráulica de los paisajes tradicionales de regadío.

 

Juan Antonio Pascual Aguilar
Departament de Geografia
Universitat de València

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Fotos

Cauce del Túria en Titaguas (foto Pep Pelechà).Vega de Ademuz con el río Turia (foto Pep Pelechà).Vega del Túria en Ademúz (foto Pep Pelechà).Vega del Turia en Ademuz (foto Pep Pelechà).Vega del Túria, Chulilla (foto Pep Pelechà).Vega del Túria, Chulilla (foto Pep Pelechà).Vega del Túria, Chulilla (foto Pep Pelechà).Vega del Túria, Chulilla (foto Pep Pelechà).

Mapas

Citas

Antonio J. Cavanilles (1797). Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia.

“Al norueste de la Baronía de Chulilla cae el Vizcondado de Chelva, que tiene unas seis leguas de oriente á poniente hasta los confines de Castilla, y cerca de cinco de norte á sur entre los términos de Titaguas, Alpuente y Sót. Gran parte de dicha extension son llanuras, colinas ó cuestas fértiles; lo restante montes, muchos de ellos ásperos é incapaces de cultivo, donde pacen ganados lanar y cabrío en tanto número, que suelen tocar al diezmo cada año 60 crias. El Turia atraviesa al Vizcondado de norueste á sueste, y casi con la misma direccion baxa el rio de Chelva desde mas allá del Tuexar hasta la confluencia con el Turia, que está entre Domeño y Loriguilla”.

Rafael Cebrián (2004). Por las cumbres de la Comunidad Valenciana: 50 montañas escogidas.

“El Pico del Remedio o de Chelva es la montaña por excelencia de los Serranos, un referente visual desde los cuatro puntos cardinales en la dura geografía comarcal, en un confín de sierras y montes no siempre encadenadas en precisas alineaciones. Despegada del resto de los montes, su cima rocosa sobresale con gran nitidez sobre la complejidad del paisaje montañoso que enmarca el amplio valle donde se asienta Chelva.”

Bibliografía

De las MARINAS ALFÉREZ, J. A.; CALABUIG Ferre, J. A. y De Las MARINAS SORIANO, V. (1995).

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Estudio histórico de la madera arquitectónica en la ciudad de Valencia. Análisis previos para la conservación y puesta en valor: identificación de maderas, análisis constructivo, diagnóstico, clasificación y dendrocronología. Universidad Politécnica de Valencia. Tesis doctoral.

Mancomunidad Alto Turia (1987).

Las comarcas de los Serranos y el Rincón de Ademuz según Cavanilles y Madoz. Valencia: Mancomunidad del Alto Turia.

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Tras los pasos de Cavanilles: arquitectura rural en la serranía del Turia. Valencia: CIMBRA - Grupo de Acción Comarcal La Serranía-Rincón de Ademúz - Centro de Estudios de La Serranía.