Paisajes habitados

Alpuente y entorno

Alpuente constituye uno de los municipios más señeros de la comarca de La Serranía, localizado al noroeste de la provincia de Valencia, y cercano al límite con la provincia de Teruel. Con una extensión de unas 13000 hectáreas, su paisaje abrupto, no en vano se ubica al sur de la sierra de Javalambre, conforma un entorno natural de gran belleza.

Su imagen urbana está dominada por la imponente mole de su castillo, que constituye uno de los exponentes más destacados de su rico patrimonio cultural (López Elum 2002; Hinojosa 2002). Para disfrutar de una vista incomparable de su casi entero término municipal, se recomienda acceder a la loma de San Cristóbal donde, sobre el casco urbano de la villa, se emplaza el Mirador de la Veleta o San Cristóbal. Otra visión espectacular se obtiene desde el Mirador de la Bomba, situado frente al casco urbano de Alpuente y al que se accede por el camino que discurre desde la aldea de Las Eras a Los Gamellones. El Ayuntamiento de Alpuente ofrece una interesante ruta guiada por el casco histórico durante los fines de semana a lo largo de todo el año, incrementada durante los meses estivales. Con motivo de la II Jornada de Historia y Arqueología en Alpuente, celebrada en 2015, se presentó la ruta guiada, Camino Real, que permite recorrer una parte del Camino Real, añadiendo un aliciente más para los visitantes, que cuentan con una App específica.

La población se reparte de forma dispersa por diversas aldeas y caseríos: La Almeza, Baldovar, Campo de Abajo, Campo de Arriba, La Canaleja, Corcolilla, Cuevarruz, Las Eras, El Hontanar, La Torre y La Carrasca. A ellas se suman varios despoblados, La Hortichuela, El Chopo, Berandía, Benacatácera, Vizcota, Cañada Seca, Pozo Marín.

Los testimonios más antiguos de su pasado se remontan a la Edad del Bronce, documentados en el castillo de El Poyo, así como en Los Castillejos, en la aldea de Cuevarruz. Este último sitio también alberga los restos de un poblado ibérico. En otros puntos del término municipal hay constancia arqueológica de las épocas ibérica y romana. No obstante, las evidencias más relevantes corresponden a la época musulmana, representadas por sendos castillos, por una parte, el de Alpuente, en la propia localidad, con un importante protagonismo en el siglo XIX durante las guerras carlistas y por otra, el de El Poyo, cerca de la aldea del Collado, perteneciente al término de Alpuente, del que dista unos 12 km, dirección Norte. Sobre el topónimo, Al Udrí, a mediados del siglo XI, proporcionó la primera referencia a Al-Bunt, que se podría traducir por La Muela, que Al-Idrisi, a comienzos del siglo XII, transformó en Al-Funt, pudiendo tratarse de un error de transcripción o de redacción.

En época musulmana una muralla protegía a la población, extendiéndose por la vertiente oeste a lo largo de aproximadamente 600 m, alcanzando por el norte el barranco Reguero. La vertiente oriental quedaba defendida por el propio corte de la ladera natural del cerro sobre el que se erigía el castillo. A pesar de su acusado deterioro se sabe que la muralla contaba con catorce torres. Curiosamente, la torre mejor conservada constituye la sede del Ayuntamiento, que como en tantos otros casos similares, fue cambiando de aspecto con el transcurrir del tiempo. Así, en un principio fue antigua Aljama, que actuaba como puerta de entrada principal al recinto amurallado. No obstante, el edificio conservado debe adscribirse a la época medieval cristiana con añadidos posteriores, como el salón consistorial, adosado en el siglo XVI. Se cree que en los bajos de este edificio, se celebraron las Cortes del Reino de Valencia de 1319 por el rey Jaume II y de 1383 con el rey Pere IV.

 

El castillo de Alpuente, celoso guardián de su territorio

El castillo de Alpuente constituye el elemento que ha contribuido a crear una imagen única de esta localidad, al enclavarse en lo alto de un cerro sobre el profundo barranco del río Reguero. Esta sensación de dominio queda patente en la silueta de su Torre Albarrana que se dibuja sobre un peñasco al sur del recinto fortificado que conformaba la Alcazaba. Los interesantes trabajos arqueológicos acometidos recientemente bajo la dirección de Enrique Díes y Rosario Serrano han permitido identificar la técnica constructiva con la que fue erigida la torre, denominada, aparejo califal, que estuvo en boga entre mediados del siglo X y el primer cuarto del siglo XI (Díes, Serrano 2015: 8).

La Alcazaba aprovechó la entera superficie del peñón y en las labores arqueológicas efectuadas en los últimos años, se ha documentado el mismo aparejo califal que se había evidenciado en la Torre Albarrana.

Este castillo cobró gran protagonismo como sede del Reino de Taifa de Alpuente surgido en el clima de revueltas que provocaron la desmembración del califato de Córdoba en 1031. De su importancia da fe el hecho de que llegase a acuñar moneda propia. Sufrió las acometidas del Cid Campeador en 1089 y estuvo bajo dominio almorávide y almohade hasta que Jaime I culminó la conquista de estas tierras en 1236. Como señalan Díes y Serrano (2015: 9), “el territorio de la antigua Taifa de Alpuente quedó desmembrado y pasó a formar parte de la Corona de Aragón. Jaime I se reservó para su patrimonio real el altiplano de la Serranía alta por ser el límite de su reino y por ser valioso en recursos forestales, ganaderos y agrícolas. Dicho territorio integrado por los actuales términos de Aras de los Olmos, Alpuente, La Yesa y Titaguas, pasó a ser una Batlía, gestionada por un baile u oficial encargado de administrar el Real Patrimonio desde Alpuente”.

A partir del siglo XV, en las tres primeras localidades y en menor medida, en Titaguas, proliferarán las casas nobiliarias como muestra de la pujanza alcanzada por la Bailía de Alpuente, gracias a su condición de punto de entrada de una cañada real por la que circulaba principalmente ganado lanar y sobre el que tenía derecho de peaje (Cabanes 1975). Precisamente, sobre el territorio de la antigua Bailía de Alpuente en el siglo XV, en fecha próxima se defenderá en la Universitat de València la tesis doctoral elaborada por José Tierno, basada tanto en los estudios documentales como en la investigación arqueológica en la que se ha incluido la aplicación de un SIG (Tierno 2012).

La imagen imponente e intimidatoria del castillo quedó mermada a raíz de la demolición parcial de que fue objeto como castigo a la población de Alpuente por haber apoyado la causa contraria a los Borbones durante la Guerra de Sucesión. Aun así, la combinación de estudios documentales y arqueología, ha permitido conocer que durante la primera Guerra Carlista, el maltrecho recinto albergó a las tropas carlistas del General Cabrera en 1835 y pudo resistir el asedio al que le sometió el ejército del general liberal Aspiroz. Aun debilitados, sus muros seguían cumpliendo su función defensiva.

Muy próxima al castillo, se halla la Iglesia arciprestal de Nuestra Señora de la Piedad, construida entre los siglos XIII y XV, que destaca por su campanario octogonal.

 

Un Parque Jurásico en La Serranía

Alpuente atesora un rico patrimonio paleontológico que desde las postrimerías del siglo pasado está siendo documentado por el Departamento de Geología de la Universitat de València y el Instituto de Paleontología de Sabadell. La importancia de estos vestigios junto con la sensibilización e implicación ciudadana propiciaron la creación de un Aula de Recuperación Paleontológica de Alpuente, germen del Museo Paleontológico de Alpuente (MUPAL), creado a instancias del Ayuntamiento y emplazado en la antigua ermita de Santa Bárbara, en pleno casco urbano de Alpuente. En este espacio, que constituye un ejemplo modélico de exposición museográfica verdaderamente atractiva, el visitante puede admirar los restos del Jurásico Superior con una antigüedad de 140 millones de años, que las excavaciones paleontológicas van desvelando y entre los que destaca el esqueleto de grandes dimensiones de un saurópodo hallado en las proximidades de la aldea de Baldovar (Alpuente), en el transcurso de tres campañas de excavación. La importancia científica del territorio de Alpuente queda patente en la identificación de una nueva especie de saurópodo y en la recuperación por primera vez en España de piezas de dinosaurios estegosaurios, asignados a la especie Dacentrurus armatus. En este mismo ámbito patrimonial, Alpuente reúne un interesante conjunto de yacimientos con huellas de dinosaurios, icnitas, declarados Bien de Interés Cultural con categoría de zona paleontológica. Uno de ellos, localizado en Corcolilla (Alpuente), figura en la relación de huellas elaborada a nivel estatal para solicitar su declaración como Patrimonio de la Humanidad. El MUPAL organiza una Jornada de Paleontología en Alpuente que ya va por la XI edición. Todas estas evidencias demuestran que el territorio de Alpuente constituye un auténtico Parque Jurásico que merece la pena conocer.

 

Un patrimonio y unos paisajes ricos y variados

Alpuente y su entorno reúne un rico patrimonio cultural y natural en el que prima la diversidad. Cuenta con uno de los acueductos medievales más interesantes de toda la Comunitat Valenciana, denominado Los Arcos y dotado de trece arcadas ojivales. Construido entre los siglos XIV y XVI, está situado a 2 km de Alpuente, en la carretera que une esta localidad con La Yesa. Sus aguas procedentes de las fuentes Nueva y Marimacho, abastecían a Alpuente y los huertos que ofrecen una disposición escalonada de clara reminiscencia medieval y notable belleza paisajística.

Así mismo, cuenta con un Lugar de Importancia Comunitario (LIC), el Sabinar de Alpuente, con una superficie de más de 9000 hectáreas, compartida con los municipios de La Yesa y Aras de Olmos. En un paisaje dominado por la sabina albar, destaca el conjunto de sabinas centenarias de Cañada Pastores, conocido en la zona como “Trabinas de Cañada Pastores”, al que se accede desde la aldea de La Almeza, situada a 8 km de Alpuente. Sobresale un ejemplar denominado “La Juana”, catalogado como “árbol monumental” por la Diputación de Valencia con una edad aproximada de 500 años, una altura de 13 m y un perímetro de 5,60 m. Para quienes gusten de contemplar vistas hermosas, se recomienda que desde la aldea de Campo Abajo, cercana a los límites con Tuéjar y Chelva, accedan a la extinguida Arquela y Arquelilla, por el sendero la Escarigüela. La aldea de Campo Arriba cuenta con una trama urbana intrincada, típicamente medieval y unos alrededores de notable valor paisajístico con una considerable llanura destinada al cultivo de cereales, vino y hortalizas. Desde la Fuente que Nace, cercana a esta aldea, también se disfruta de un hermoso paisaje.

Desde noviembre de 2015, el Ayuntamiento de Alpuente ha lanzado la App Turística de Alpuente. Se trata de una interesante herramienta con la que el visitante puede guiarse a lo largo de la Ruta del ‘Camino Real y en la que encontrará además información sobre muchos de los recursos turísticos de un municipio y un entorno que merece la pena conocer.

 

José Luis Jiménez Salvador
Departament de Prehistòria, Arqueologia i Història Antiga
Universitat de València

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Fotos

Detalle del acueducto de los Arcos, Alpuente (foto Pep Pelechà).Acueducto de los Arcos, Alpuente (foto Pep Pelechà).Alpuente y entorno (foto Pep Pelechà).Alpuente (foto Pep Pelechà).Alpuente (foto Pep Pelechà).Iglesia de la Piedad, Alpuente (foto Pep Pelechà).Alpuente y entorno (foto Pep Pelechà).

Mapas

Citas

A. J. Cavanilles (1797). Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia.

“Dos tercios de la huerta caen al mediodía de Alpuente confinando con el término de Tuexar, y se riegan con las aguas que por allí nacen: el restante tercio muy cerca de la villa, dispuesto en anfiteatro, sumamente vistoso, que contrasta con las peñas peladas de su inmediación, y se riega con las aguas de los Arcos, llamadas así porque atraviesan un barranco sobre un largo puente de muchos arcos. Creen algunos que este puente dio nombre a la villa”.

Teodoro Llorente (1887-1889). Valencia. Sus monumentos y artes. Su naturaleza e historia.

“Alpuente. Asiéntase en una loma escarpada, que sólo le permite ingreso llano por la parte del Norte, y a la de Levante yérguese un peñón tajado, de setecientos palmos de altura, sustentador de un castillo, en cuya obra pusieron mano romanos y moros, y al cual se sube por una estrecha rampa abierta en la misma peña”.

Bibliografía

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“Alpuente, un castillo en la frontera medieval valenciana”. I Jornada de Historia y Arqueología de Alpuente, Alpuente.

web

http://www.academia.edu

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Desarrollo económico de las bailias de Alpuente y Castelfabib a fines del siglo XV (1486-1499), Cuadernos de Historia, 5, CSIC. 215-240.

DÍES CUSÍ, E.; SERRANO PÉREZ, R. (2015).

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