Paisajes industriales y de servicios

La Siderurgia de Puerto de Sagunto

Arqueología industrial del siglo XX

El complejo siderúrgico, ya desmantelado, del Puerto de Sagunto constituye uno de los principales ejemplos de arqueología industrial en territorio valenciano. Su origen se remonta a 1900 cuando el empresario vasco Ramón de la Sota fundó la Compañía Minera de Sierra Menera (CMSM) con el propósito de explotar el yacimiento de hierro de Ojos Negros, en Teruel. La necesidad de encontrar una salida al mar que no dependiera de organizaciones ajenas para la exportación del mineral hizo que comenzara la búsqueda de una zona costera a la que hacer llegar un ferrocarril propio y en la que construir un embarcadero. Muchas poblaciones pelearon por ser la elegida, pero la orografía del terreno hizo que se decidieran por el lugar en el que hoy está el Puerto de Sagunto, dada la razón más lógica y económica de seguir el curso del río Palancia hasta llegar a su desembocadura. En aquella época la histórica población de Sagunto era un pueblo dedicado a la agricultura y su elección supuso una transformación total del paisaje y la economía de la zona.

Lo que en un principio se pensó como un mero embarcadero para enviar hierro a los altos hornos de Bilbao se convirtió a los pocos años en una siderurgia propia junto al pantalán de embarque, que también se transformó en puerto. Así nació Puerto de Sagunto. En 1917 el propio Ramón de la Sota fundaba la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo y en la década de 1920 ya empezaron a funcionar los altos hornos. La necesidad de mano de obra para las fábricas y almacenes hizo que la población aumentara considerablemente con inmigrantes venidos de las provincias de Valencia, Teruel, Albacete, Castellón y Almería, principalmente. Todos ellos eran jornaleros, ya que los principales directivos e ingenieros llegaron del País Vasco. Alrededor de las construcciones industriales se creó un nuevo poblado salido de la nada compuesto por las familias de los trabajadores sin ningún arraigo en la zona. Se puede decir sin lugar a duda que fue la empresa la que construyó la ciudad que hoy conocemos. La iglesia, colegios, casas, el primer cine, etc., fueron construidos por la compañía vasca, hasta el punto de que la patrona del Puerto de Sagunto es la misma que la de Bilbao, Nuestra Señora de Begoña. No sólo eso, la empresa se hacía cargo de las necesidades de sus trabajadores, tanto básicas como de ocio, y de su calidad de vida.

La década de 1930 sin embargo supuso un duro golpe para esta zona industrial. A los efectos de la crisis del 29 se sumaron los movimientos obreros y la convulsión política del país, que se tradujo en huelgas y acciones colectivas. Se sucedieron los despidos y a pesar de las ayudas del ayuntamiento de Sagunto, en 1931 se cerró uno de los altos hornos y en 1932 la CMSM cerró para siempre la explotación de sus minas. Un año después la CSM cerraba sus puertas y ponía fin a su negocio. Durante esos años la existencia de la fábrica pendía de un hilo y fue el encargo de la II República de construir 25.000 toneladas de vías férreas lo que la salvó del cierre definitivo.

Durante la Guerra Civil el Puerto de Sagunto se mantuvo fiel a la República y se convirtió en un lugar de gran importancia estratégica e industrial. En 1937 pasó a ser la única fábrica siderúrgica que le quedaba al legítimo gobierno del país, instalado en Valencia. Por este motivo se convirtió en objetivo de los bombardeos del bando franquista. En 1938 el gobierno concedió al Puerto de Sagunto el Distintivo al Valor por haber soportado más de cien bombardeos. Al acabar la guerra la gerencia de la empresa había pasado a manos de Luis Aznar, socio de Ramón de la Sota que había fallecido en 1936. Debido a su afiliación al Partido Nacionalista Vasco y a su ideología, el bando franquista embargó todos sus bienes a los herederos de Sota, que además tuvieron que pagar una multa de cien millones de pesetas y marchar al exilio. Se reconoció entonces como administrador único a su socio Luis Aznar y la figura de Ramón de la Sota, cuyos negocios habían construido de la nada la mayor industria metalúrgica de la costa valenciana, cayó en el olvido.

Un año después de finalizar la guerra y ante la necesidad de suplir las inversiones de la familia Sota, la CSM fue absorbida por los Altos Hornos de Vizcaya, que desde el momento de su llegada al Puerto de Sagunto se hizo cargo de todos aquellos servicios de infraestructuras y servicios básicos que desbordaban el marco laboral y afectaban a un ámbito social más amplio: educación, atención sanitaria, vivienda, economato, etc., a fin de acomodar y atender las necesidades de una población que crecía en torno al de la fábrica siderúrgica (Quílez 2012-2013: 252). El objetivo de la empresa a la hora de lanzar todos estos servicios era hacer que el trabajador se identificase con la empresa y adquiriera mayor interés y esfuerzo en su dedicación al trabajo. Podemos clasificar en dos grupos los servicios extra-laborales que ofrecía la empresa. Por una parte los servicios sociales que protegían al trabajador con seguros de vida y pensiones de invalidez, y becas y premios. Por otra parte estaban los servicios sociales que formaban tres divisiones: la de Formación en la que se integraban la Escuela de Aprendices y de formación del personal; la división Asistencial formada por las viviendas, el economato, los colegios y la iglesia, y dedicada a las actividades deportivas y de ocio; y la división de Sanatorio, compuesta por el sanatorio, el puesto de socorro y el servicio de rehabilitación (Quílez 2012-2013).

 

La semifallida IV Planta Siderúrgica

Siguiendo las recomendaciones del Mercado Común Europeo, al que España aspiraba a entrar, y ante unas previsiones de fuerte demanda en el futuro de hierro y acero, el Puerto de Sagunto fue elegido en 1968 para construir la IV Planta Siderúrgica Integral de España. En 1971 se creó la empresa AHM (Altos Hornos del Mediterráneo), con AHV como mayor accionista, para la construcción y explotación de dicha planta. Las grandes expectativas que se albergaban con el nuevo proyecto fueron desapareciendo a medida que avanzaban los meses y se vieron del todo truncadas con la crisis del petróleo de 1973 y la competencia en el mercado mundial de nuevos productores de acero como Japón, Corea del Sur y la India. La IV Planta dejó enseguida de ser rentable aunque fue dotada de una planta de laminación en frío desde 1975 (actual Sidmed) que sería a la postre la única que se salvó de la drástica reconversión llevada a cabo años más tarde.

En la década de los 80 la prioridad del gobierno era la modernización de la industria española de cara a una futura integración en la CEE, lo que incluía cerrar y desmantelar la siderurgia del Puerto de Sagunto. Los trabajadores, ante esta perspectiva de cierre, comenzaron una lucha con manifestaciones, huelgas generales en el municipio y en Valencia, piquetes, barricadas, encierros, etc. A pesar de la lucha en 1984 y tras muchas negociaciones los trabajadores acataron el cierre de la factoría a cambio de la creación de 2.100 puestos de trabajo en el nuevo polígono industrial en proyecto.

 

El actual paisaje de Puerto de Sagunto: entre la modernidad y la arqueología industrial

Desde el cierre de la fábrica siderúrgica en 1984 el Puerto de Sagunto ha crecido y se ha desarrollado gracias a su declaración como Zona de Urgente Reindustrialización (ZUR) que, además de mantener activa la Planta de Laminación, ahora integrada en la multinacional siderometalúrgica Arcelormittal, ha venido ampliando el suelo industrial con nuevas y modernas fábricas de capital extranjero y alguna que otra nacional. Destacan la fábrica de vidrio británica Pilkington, la metalúrgica alemana Galmed y varias relacionadas con la industria auxiliar del automóvil. A ellas hay que añadir la gran Central Eléctrica de Gas Natural Fenosa (2007) con sus gigantescos depósitos de gas natural construidos sobre la ampliación del puerto, así como la propia actividad portuaria, relanzada y especializada ahora en el tráfico de productos siderúrgicos, abonos, automóviles y frutas.

Al lado de estas modernas instalaciones se conservan algunos restos de la siderurgia que forman parte del patrimonio histórico-industrial, en el que hay que incluir también los edificios civiles y viviendas directamente ligados a la vieja empresa de Altos Hornos.

Por una parte tenemos restos de la fábrica como el Alto Horno nº 2, símbolo principal de la antigua industria, construido en 1922 y reconstruido en los años 60, único horno superviviente de los tres que funcionaron en la época de pleno auge de la siderurgia en el Puerto de Sagunto. Se trata de una estructura de 64 metros de altura en cuyas entrañas se gestó el acero utilizado en varias grandes construcciones del siglo XX, como la Finca de Hierro de Valencia (en la plaza de San Agustín), el edificio Windsor de Madrid, la Telefónica de Sevilla o la fábrica Seat en Barcelona. También se conserva la nave de talleres generales del año 1919 que albergaba la sección de calderería, reparación de locomotoras y trabajos de fundición. Además está el almacén de efectos y repuestos construido en 1927, cuya finalidad era el almacenaje de matrices y repuestos de piezas utilizadas en la maquinaria siderúrgica.

Entre los edificios sociales y de administración hay que destacar la Iglesia de Nuestra Señora de Begoña, de 1929, hecha a imagen y semejanza de la Basílica de Begoña de Bilbao; el Economato y Cooperativa de Productores AHM construido en la primera década del siglo XX y rehabilitado en los años 40, que al principio servía para hospedar a las tripulaciones de los barcos aunque pocos años después se transformó en economato para los trabajadores de la siderúrgica; el Casino, construido en 1921 para alojar actos oficiales de la empresa y hospedar a los ingenieros solteros, transmite una imagen de elegancia e historicismo; las Oficinas de gerencia, edificadas en el año 1921, con las dependencias de oficinas de las distintas empresas que se fueron sucediendo en el tiempo.

Destaca también el complejo de viviendas Ciudad Jardín de la gerencia de AHV. Estos edificios se comenzaron a construir en los primeros años del siglo XX para alojar a los ingenieros vascos. Adosada a la factoría, la ciudad jardín se estructura en torno a dos ejes perpendiculares que son dos alamedas de eucaliptus. A lo largo de estos ejes se alinean las viviendas familiares, adosadas y rodeadas de jardín privado. El conjunto lo forman dos grupos diferentes: uno de los años 1920, y otro de los años 1940.

El Barrio Obrero es, junto al Alto Horno nº 2, uno de los conjuntos más simbólicos del Puerto de Sagunto. consta de dos calles paralelas con una pequeña plaza entre ellas, con viviendas construidas entre 1917 y 1921 por la empresa siderúrgica para intentar paliar los graves problemas de vivienda y las condiciones sanitarias en las que se encontraban muchos de sus trabajadores. Estas viviendas destacan por un diseño sencillo de casas blancas adosadas, cada una con su patio ajardinado. Su diseño, habitabilidad, luminosidad y espacio son muy superiores a los propios de la época y tenían como objetivo general mejorar la vida familiar. En la actualidad la arquitectura del Barrio Obrero se conserva y tiene un tratamiento especial debido a su carácter histórico. Durante las fiestas de agosto los vecinos realizan un concurso de pintura sobre el asfalto en sus calles, las adornan y visten sus fachadas.

Otros lugares de interés son el antiguo sanatorio, edificado en 1949 fuera del núcleo de población existente en el momento y que actualmente sirve como Centro Cívico, que alberga una biblioteca, salas de exposiciones, salón de actos y varios espacios públicos y administrativos. Completan es te elenco de edificios relacionados con la antigua empresa siderúrgica Mercado, el edificio de la Tenencia de Alcaldía y el entramado de grupos de viviendas obreras que conforma el centro urbano histórico de Puerto de Sagunto.

 

Carme Piqueras Sanchis
Juan Piqueras Haba
Departament de Geografia
Universitat de València

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Fotos

Mapas

Citas

Girona Rubio, M. (1989). Minería y siderurgia en Sagunto (1900-1936).

“Asunto muy complejo era determinar el trazado más conveniente para nuestro ferrocarril, pues se ofrecían hasta seis soluciones distintas (…) quedando como la más práctica bajo todos los conceptos la de seguir el curso de este último río (Palancia) por su ladera derecha”. Ramón de la Sota y Llano.

Quílez, M. (2012-2013). “Paternalismo industrial y ciudad-fábrica. El caso del Puerto de Sagunto durante el franquismo” en Saitabi. Revista de la Facultat de Geografia i Història, 62-63.

“El protagonismo de la acción social corresponde a la empresa en mayor medida que al Estado de modo que AHV desarrollará en el Puerto de Sagunto una intensa trayectoria en política social/asistencial durante los años del franquismo que encaja perfectamente con las fórmulas características del paternalismo industrial, pero también aprovechó y potenció al máximo el vínculo empresa-población-trabajadores”

Bibliografía

Quílez, M. (2012-2013)

“Paternalismo industrial y ciudad-fábrica. El caso del Puerto de Sagunto durante el franquismo” en Saitabi. Revista de la Facultat de Geografia i Història, 62-63

QUÍLEZ, M. (2012-2013).

“Paternalismo industrial y ciudad-fábrica. El caso del Puerto de Sagunto durante el franquismo” en Saitabi. Revista de la Facultatde Geografia i Història, 62-63 (2012-2013), pp. 241-255.

QUÍLEZ, A. M. (2016).

La siderurgia de Sagunto durante el primer franquismo (1940-1958): estructura organizativa, producción. València: Publicacions de la Universitat de València.

SÁEZ, M. A. y MORLÁN, P. (2009).

El puerto del acero: historia de la siderurgia de Sagunto (1900-1984). Madrid: Marcial Pons.