Paisajes litorales

Les Columbretes

La ínsula solitaria

Recibe el nombre islas Columbretes el pequeño archipiélago, de origen volcánico, situado frente a las costas de Castellón. Es un paisaje marítimo significativo por sus características de insularidad, su flora y fauna; conformando con todo ello un entorno medioambiental y paisajístico único en las tierras valencianas.

 

Las islas de las serpientes

Las Columbretes se sitúan a poco más de cincuenta kilómetros, unas 28 millas náuticas, de la costa. Es, junto a la isla de Tabarca situada frente a las costas alicantinas que también incluimos en este libro sobre el paisaje valenciano, los dos únicos elementos insulares de nuestras tierras. Dada la peculiaridad de las Columbretes, riqueza natural y paisajística, en 25 de enero de 1988 se declararon Parque Natural. En 1990 Reserva Marina y en 1995 la Ley de Espacios Naturales Protegidos de la Comunidad Valenciana, pone definitivamente los cimientos para su recuperación y protección.

Se cuentan una treintena entre las islas e islotes del conjunto insular. Los de mayor tamaño son Illa Grossa, la Ferrera, la Foradada y el Carallot. Todas de origen volcánico, habiéndose producido en diversas fases temporales, entre el Mioceno Superior y el período Cuaternario, es decir a lo largo de varios millones de años. La forma de herradura que conforman l’Illa Grossa, el Mascarat y el Macolibre nos muestran los restos de un antiguo cráter. El punto más elevado se alza en la primera de ellas a sesenta metros sobre el nivel del mar en el denominado monte Colibre, sobre el que se asienta el faro. La superficie total del archipiélago es de unas 19 hectáreas, de las cuales casi la mitad componen l’Illa Grossa.

Su faro, fue de los destinos menos deseados por los fareros, tanto por su aislamiento como por sus condiciones físicas, y su fama de isla de serpientes. El faro se inauguró a mediados del siglo XIX y estuvo con fareros hasta 1961 en que se automatizó. Hubo además un pequeño cementerio donde se enterraron marineros ahogados en el mar, y algún farero que murió en el lugar.

Su insularidad la dotan de un ambiente específico, especialmente en cuanto a su flora, en directa relación con las de las islas mediterráneas de la proximidad, como las Baleares. Su baja pluviometría condiciona, evidentemente, su capa vegetal. Ha padecido una serie de procesos de deforestación sistemática en los últimos ciento cincuenta años. La eliminación intencionada de la vegetación natural se produjo para eliminar animales peligrosos para los fareros, pescadores y pocos humanos que las visitaban. Se hicieron quemas de vegetación, se introdujeron animales como el cerdo y el conejo, todo ello alteró el paisaje natural vegetal de las islas. No obstante conocemos el aspecto original por las descripciones del capitán británico Smyth quien en informes ante la Sociedad Geográfica de Londres en 1831 indica la existencia de una más variada y exuberante masa de matorral que en la actualidad.

Su aislamiento las ha dotado de un característico y frágil ecosistema tanto en la tierra firme como en el fondo marino que las rodea. Las plantas se desarrollan en unas condiciones especiales como el poco espacio, la aridez, la poca pluviometría, la insolación, salinidad, la presencia de aves y sus excrementos, la proximidade del mar y sus tempestades… Así dispone de especies vegetales como Suaeda vera, Withania frutescens, Lycium intrincatum, Lavatera arborea, L. mauritanica, y algunas endémicas como el mastuerzo marino de las Columbretes (Lobularia maritima subsp. columbretensis) y el Medicago arborea subsp.citrina, esta última presente también en Ibiza y Cabrera.

Respecto a la fauna está poblada por diversas especies endémicas de artrópodos, moluscos terrestres, reptiles. Entre los artrópodos, el escorpión. La lagartija de las Columbretes es una especie protegida, Podarcis hispanica subsp.atrata.

El aislamiento ha proporcionado que sea refugio de numerosas especies de aves marinas, zona de cría y punto en las migraciones anuales de ciertas aves. Es un punto de anidación de la gaviota de Audouin, Larus audouinii. Uno de los puntos de anidación más importantes de esta gaviota junto al delta del Ebro. La gaviota patiamarilla es una de las más abundantes en las islas. También cría la pardela cenicienta o baldriga. También se localiza una rapaz el halcón de Eleonor. Otras aves también presentes en el archipiélago son el paíño común o escateret y el cornorán moñudo.

Asimismo el entorno marino conforma un paisaje sumergido de calidad, presentando gran variedad de flora y fauna. Su entorno está protegido,no obstante habiendo espacios en los alrededores para la pesca: atún, langosta, emperador, sardina, boquerón…

 

Hito paisajístico del pasado, referencia con presente y futuro

Ya hay crónicas de ellas en la literatura greco-latina, reconociéndose como isla de las serpientes, por la abundancia de ese animal en su solar, datos en autores como Strabón, Pomponio Mela y Plinio el Viejo; en la Edad Moderna noticias en el valenciano Gaspar Escolano; en el siglo XVIII, las notas del brigadier de la Armada española Vicente Tofiño de San Miguel, en 1831 la visita planos y anotaciones del capitán de la Marina inglesa W.H.Smith, el herpetólogo valenciano Eduard Boscà en 1873, el capitán de navío español Rafael Pardo Figueroa en 1878, y también un cazador y un taxidermista F. Bru y J.M. Benedito a finales del siglo XIX.

Será a finales del ese siglo XIX cuando las islas reciben la visita exploratoria del archiduque Ludwing von Salvator el cual nos dejó un magnífico texto científico sobre las mismas: Columbretes,1895. En sus páginas, producto de sus observaciones, nos muestra la naturaleza, la flora, la fauna, la vida de los fareros, el paisaje, la poesía de estas alejadas y solitarias islas. En su viaje recogió insectos y nos ha dejado fragmentos de la realidad de las islas en ese momento, de la luz mediterránea, de este paradisíaco espacio “frente a las costas de Valencia donde el cielo compite en azul con los de Siria y Egipto“. Las descripciones del archiduque suponen un verdadero estudio científico de las islas. Tiene una visión idílica de la vida en la misma, lo que debió no coincidir con la opinión general de los fareros que les tocaba el servicio en el lugar: “La vida de los habitantes de Columbretes es alegre como la de la codorniz, la alondra, el tordo y la tórtola, que vienen en primavera y en el otoño para descansar aquí y seguir volando hacia el vecino continente, o más lejos, en dirección al Norte ”.

La pesca indiscriminada, las frecuentes visitas de barcos de excursionistas, y finalmente su utilización como campo de de tiro militar, hasta el año 1982. Toda esta presión antrópica llegó a poner en verdadero peligro a las islas, a su flora y a su fauna. Pero la declaración como espacio protegido y los controles en las visitas hacen de este entorno un maravilloso y sin parangón paisaje en nuestro territorio valenciano. Desde su declaración de protección, las visitas están regularizadas; existiendo diversos itinerarios controlados para el paseo.

Este hito paisajístico valenciano, está especialmente protegido pero a la vez es uno de los más vulnerables ante cualquier alteración. Tanto el medio terrestre como el marino necesitan no sólo de la protección legal, de la gestión del espacio, sino del respeto de todos los visitantes. Especialmente sensible el medio marino en el cual un exceso de acción, presencia de barcos, actividades de buceo lo hacen especialmente vulnerable. La calidad de las aguas es otro de los elementos clave en este equilibrio medioambiental. Los posibles proyectos de prospecciones petrolíferas en el entorno de la costa valenciana, suponen asimismo un probable peligro para la integridad de este paisaje natural. Pero es que además el pequeño archipiélago es un laboratorio de investigación desde sus aspectos líticos, flora, fauna terrestre, fauna marina, aves… todo ello motivo de identificación, estudio y protección. Para la Comunidad Valenciana es un paisaje y entorno natural de primera magnitud, por su singularidad, por su fragilidad, por su belleza.

 

Josep Montesinos
Departament d’Història de l’Art
Universitat de València

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Fotos

Faro de les Columbretes (foto Xavier del Señor).L’Illa Grossa (foto Miguel Lorenzo).Les Columbretes (foto Miguel Lorenzo).

Mapas

Citas

Vicenç M. Rosselló Verger (1995). “Geografia del País Valencià”.

“Els Columbrets eren un excel·lent refugi de per a esquivar la vigilància de les embarcacions duaneres que recorrien el litoral: l’illa Grossa o Gran, on es troba la coneguda cova del Tabac, i sempre que no bufara de llevant, esdevenia així... refugio de los hombres honrados que tienen que huir en el mar por ser protectores del libre comercio.”

Gaspar Escolano. Libro Qvarto de la Decada Primera de la Historia de Valencia, Cap. VII.

“Muy cerca de nuestra costa se descubre la Isla de Moncolobrer rodeada de muchas Isletas, y en un sitio que mira a cabo Cuervo, entre Peniscola y Oropesa. Los Romanos la llamaron Colubraria, y nosotros Moncolobrer, por las muchas culebras que allí se crian, que bastaron a hacerla inhabitable… Estas son cinco o seys, y tienen nombre solamente las dos mayores: a la una llaman nuestros pescadores la Gruessa, y la otra la Horadada, por un grande boquerón y agujero que atraviessa de parte a parte aquel peñon.”

Josep Palomero (1990). “A bord del ‘Nixe’ a tot drap i a tota màquina, rumb 39º 53’ 53’’ Lat N – 0º 41’ 19 Lon E”, Columbretes de Ludwing von Salvator, Castellón.

“A l’edifici de la caserna, que fou possiblement la vivenda improvisada per als obrers que bastiren el far, hi havia, a més, un petit magatzem i una capelleta amb un altaret i una imatge de la Mare de Déu dels Desemparats, on les vint-i-una persones que habitaven en aquella temporada la roca s’aplegaven els diumenges a la vesprada per a passar el rosari ”.

Gerardo Urios Pardo (1997). Un viaje a la isla de las serpientes, Fundación Bancaixa, Valencia.

“Los meses de primavera son los ideales para ver las gaviotas, pues, al estar en época de cría es fácil verlas de aquí para allá, a la busca de alimento… El halcón de Eleonor… de isla en isla los halcones recorren miles de kilómetros para venir a criar a numerosas islas e islotes del mediterráneo oriental y occidental.”

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On the Columbretes, volcanic rocks near the coast in Valencia, in Spain, London.