Paisajes de montaña y forestales
La montaña mediterránea de los valencianos de la ciudad
La Serra de la Calderona es la estribación más oriental del Sistema Ibérico que se extiende en el centro del territorio valenciano y llega hasta la llanura aluvial, muy próxima a la costa. Conforma un característico y magnífico paisaje con su complicada orografía, muelas, crestas, valles, barrancos, su vegetación y fuentes. Para la ciudad de Valencia, dada su proximidad, es uno de sus pulmones verdes a proteger y conservar.
La denominación de Calderona es bastante reciente, pues históricamente identificaba diversas denominaciones según tramos. Así podemos ver en el texto de Cavanilles que delimita la sierra a los denominados montes de Portaceli: “Dichos montes ocupan cinco leguas de oriente á poniente, y dos de norte a sur: llámanse de Ségart, Serra, Náquera, Olocau y Cucaló, y de todos trataré baxo el solo nombre de montes de Portaceli “ (Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, población y frutos del reyno de Valencia. / Por don Antonio Josef Cavanilles, Madrid, 1795-1797).
Hoy en día el nombre de Calderona define un espacio mucho más amplio que el nombrado por Cavanilles. Especifica la alineación montañosa que separa las cuencas de los ríos Palancia y Túria, con inclinación NO-SE, que se extienden desde la comarca de l’Alt Palància hasta la del Camp de Morvedre, ocupando el norte las comarcas de Camp de Túria y l’Horta Nord. Hoy en día una parte de esta sierra ha sido declarada Parque Natural como veremos más adelante.
La mayor parte de la sierra se sitúa por debajo de los 1000 metros s.n.m. Sus puntos más elevados son Montemajor con 1015 m., Gorgo con 907 m., Rebalsadors con 802 m., Calera con 850 m., Oronet con 742 m. y el Garbí con 600 m. Hay muelas calizas de impresionante porte como las de Segart, Xocainet y la Redona; crestas como Gorgo, Garbí y Picayo.
Alberga una variada vegetación, como vemos en Cavanilles:
“… crecen en aquellos montes pinos, alcornoques, encinas, enebros y un número prodigioso de arbustos y yerbas que tapizan el suelo hasta impedir el paso”
Hoy en día su suelo y vegetación han padecido en demasía debido a la acción antrópica y los incendios forestales que la han afectado negativamente. Su paisaje vegetal se compone de pino carrasco con matorral de jaguarzo, romero, aliaga, brezo. Pino rodeno con matorral silicícolo. Carrasca con madreselva, zarzaparrilla, aladierno, palmito, coscoja, lentisco, brezos y salvias. Algunos alcornocales. Sus diversos ambientes albergan una variada fauna de mamíferos, reptiles, anfibios, aves como azor, águila culebrera, búho real, halcón peregrino, águila perdicera y otros animales como el gato montés, la gineta y el tejón.
Está atravesada por numerosos y cortos valles y barrancos. El barranco principal nace en la sierra, el de Carraixet y se encamina hacia el mar a lo largo de sus 45 km. La sierra es famosa y destino de excursionistas hacia sus numerosas fuentes, entre ellas destacamos las de Llentiscle, l’Abella, Sentig, Berro, Poll, Saladilla, Sant Antoni, la Prunera, la Umbría, el Salt, l’Or, la Gota, del Sapo, Montemayor…
Su clima es mediterráneo, no obstante dada su orografía se producen algunos fenómenos microclimáticos, como heladas tardías y nieblas.
Actualmente es un variado paisaje donde sus suelos calcáreos de color gris, o rojizo, sus terrenos arcillosos, su paisaje agrícola con campos plantados de algarrobos, almendros, cerezos y olivos., junto con la luz y el clima lo dotan de un ambiente típicamente mediterráneo.
Lo agreste de su paisaje hizo históricamente difíciles las comunicaciones, e incluso el control de ese espacio. A pesar de su proximidad a zonas habitadas de importancia, 20 km de la capital por ejemplo, en ciertos momentos ha sido utilizada como refugio de bandoleros. Hay un dicho valenciano que dice “a robar a la Calderona”. Pues efectivamente el lugar era un extraordinario refugio durante el siglo XVII con los moriscos, y posteriormente nido de bandoleros y fugitivos de la justicia dada su intrincada orografía, hasta bien avanzada la edad contemporánea.
La Calderona, su valles y barrancos, sus bosques, sus fuentes está presentes en la imagen de muchos valencianos que la han tenido y tienen como lugar lúdico, de excursión, y por ello se regleja con mucha frecuencia en la literatura de este tipo, como vemos en el siguiente fragmento: “Vista desde la ciudad de Valencia la Calderona es como una muralla que se opone al desbordamiento de la Huerta, actuando al mismo tiempo como un valladar, a manera de enorme paravientos entre el valle del Palancia y el delta del Turia, salvándola de los fríos vientos del Norte. Adopta la forma de un espolón que avanza hacia el mar y muere a pocos pasos de él, cuando creía logrado su anhelo de besarse en el Mare Nostrum. Pero lo hace arrogantemente, sin perder su gallardía, alzándose orgullosa en la agreste belleza del Picayo ” (Soler Carnicer, La Sierra Calderona y el Camp de Morvedre, 2001, p.16).
No sólo es un espacio natural, su entorno es producto del trabajo del hombre a lo largo de siglos. Se localizan numerosos yacimientos arqueológicos desde la Prehistoria, destacando los de la Edad del Bronce y la Cultura ibérica, Tengamos en cuenta que este espacio es zona de paso a través de sus valles entre las cuencas de los ríos Palancia y Túria, situándose entre las importantes ciudades ibéricas de Arse (Sagunto) y Edeta ( S.Miquel de Llíria). También se detecta una importante presencia romana, alquerías y poblados de la época islámica, y poblaciones y castillos de la Edad Media Cristiana. A destacar entre su patrimonio histórico-arquitectónico la cartuja de Portaceli fundada tras la reconquista del siglo XIII, la de Vall de Crist en Altura al Norte de la Sierra y el convento franciscano de Santo Espíritu en Gilet.
A lo largo del siglo XX se han ido extendiendo por la sierra urbanizaciones, casas y chalets de segunda residencia de una forma desordenada y caótica. Esto unido a la explotación de canteras, la proliferación de vertederos, talas indiscriminadas, y los frecuentes incendios, junto algunos proyectos más recientes en nada sostenibles: campos de golf, infraestructuras y demás; todo ello hacía peligrar ese paisaje tan próximo, tan bello y a la vez tan sensible.
Pronto fueron numerosas las voces individuales y colectivas que se elevaron para proteger este espacio natural. Progresivamente se fueron alcanzando diversos niveles en cuanto a la protección del espacio.
Felizmente los últimos años han supuesto un avance y un punto de esperanza para este entorno. La Calderona ha sido declarada zona de protección de aves ZEPA, en el año 2000, junto a Tinença de Benifassà, Penyagolosa, la Sierra de Espadán, la desembocadura del río Mijares, las hoces del Cabriel, la Sierra Martes-Muela de Cortes, las Sierras Mariola y Font Roja y los islotes de Tabarca. En la Calderona se protegen las aves silvestres y especies de interés como el buitre leonado, el águila culebrera, el águila real, el águila perdicera, el halcón peregrino, el búho real, la collalba negra y el roquero rojo.
Los trabajos de protección en la sierra han permitido la identificación de su rico patrimonio. Hay árboles monumentales como el Pi del Salt en Náquera, Almez de la Cueva Santa en Altura, el olivo la Morruda en Segorbe o el Pi de la Brassa en Portaceli.
Asimismo tiene diversas microreservas de flora, y como hemos apuntado más arriba Parque Natural desde el año 2002, extiéndose exclusivamente en su zona oriental, sobre 18.019 ha.
La Sierra dada su proximidad al corredor mediterráneo y a zonas con gran presión demográfica, no está exenta de peligros. Es por ello que una correcta política sobre el territorio que evite el urbanismo depredador, la instalación continua de espacios de ocio y deportivos en gran extensión, los vertederos incontrolados, las construcciones de segunda residencia en espacios no urbanizables,… en suma dotar a los alrededores del Parque Natural de unas acciones sostenibles, y en su interior un respeto por su protección y conservación.
Josep Montesinos
Departament d’Història de l’Art
Universitat de València
José Soler Carnicer. “Senderos de Gran Recorrido Andilla-Puçol, GR.10”.
“Per a l’excursionista de la ciutat de València, la serra Calderona és la més estimada de les seues muntanyes. Per la seua proximitat a la capital, la que més estretament coneix i, per les seues comunicacions, la més accesible. Moltes vegades s’ha dit dels cims d’aquesta serra que són “com muntanyes d’anar per casa”. I, efectivament, la senzillesa de la seua configuració i la seua modèstia de l’altura no les faculten per a desenvolupar-hi grans gestes muntanyenques; això no obstant, les capaciten per aservir com a escola de futurs muntanyencs...El nom de Calderona s’aplica a tota la corda muntanyenca que s’estén entre Gátova i Puçol tan sols des de la segona meitat d’aquest segle... I ja en l’última dècada encara s’ha allargat més i inclouen dins del nom Calderona les muntanyes de la Cova Santa d’Alcublas i apleguen, fins a “menjar-se” la serra Bellida...”
Josep Aguirre
La Caseta Blanca
I aquell paradís cerquen
en fila llunyadana
per un costat la serra
que de Sagunt arranca
i a terra aragonesa
culebrejant se llança
Antonio Ponz (1777)
“… después de salir de Estivella hay un camino nombrado de la Calderona, pero es de aquellos que llaman atajos con trabajos, padeciéndolos de vez en cuando los pasajeros a quienes suelen despojar algunos forajidos…”
Lluch Arnal. Los pasos naturales de la Sierra de la Calderona.
“… Por ello y sin necesidad de forzar mucho la imaginación, podremos formar una idea de lo que el hombre primitivo encontró en esta sierra cuando vino a establecerse en sus cuevas y altozanos. Una enmarañada selva virgen, impenetrable y umbrosa, agua suficiente en todos los barrancos y rincones, caza menor y mayor abundante, pastos sabrosos y frescos por doquier con que alimentar sus rebaños, clima benigno muy adecuado para su manera de vivir…”
Rafael Roca Miquel (1968)
“Los valencianos que nos iniciamos en excursionismo montañero, nos formamos en la sierra Calderona. Para nosotros los iniciados en la década de 1925-1936, la sierra Calderona fue un aula agreste, donde aprendimos a conocer la montaña. Al paso de los años conocimos perfectamente el gran macizo montañoso desde el Gorgo al Picayo”.
ALONSO i CATALÁ, M (2008)
La Calderona es nuestra, Brosquil.
Benito Goerlich, D. (1985)
La Cartuja de Portaceli, Líria, Benisanó, Valencia, Conserjería de Cultura y Educación.
COSCOLLÁ, V. (2002):
40 rutas para B.T.T. y senderismo, Valencia, Carena.
CRESPO VILLALBA, M. B. (1990):
Contribución al estudio florístico, fitosociológico, fitogeográfico de la Serra Calderona (Valencia-Castellón), Universitat de València.
FERRIS GIL, C. (2005)
20 rutas por la sierra Calderona, Excursiones en familia 3, Centre Excusionista de València.
LLÓPEZ MORENO, A. (1996)
Los montes de Porta-Coeli, un paisaje a recuperar, València, Fundació Bancaixa.
MONTESINOS i MARTÍNEZ, J. (2002)
“La construcción de un paisaje. Prehistoria y Antigüedad en el término de Náquera”, Las Edades de Náquera, Ayuntamiento de Náquera, pp. 41-88.
Parcs naturals de la Comunitat Valenciana.
Serra Calderona
Serra Calderona Guías de Parques Naturales de la Comunitat Valenciana, Aneto Pub., levante-EMV, 2010.
Soler Carniner, J. (2001)
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La Sierra Calderona
La Sierra Calderona, Espacios Naturales de la Comunidad Valenciana, Valencia, Las Provincias, 1998.